QUIERO SER
COMO EL VERANO
El verano invita al descanso,
a pasear por la playa, ...
a darse un baño en el mar,
a tomar el sol que es saludable.
Descansar para estar más tiempo con mi Señor,
escuchar su voz, orar en el silencio,
meditar sobre aspectos de la vida,
contemplar la naturaleza
y ver qué me quiere decir Dios.
Descansar para estar con los amigos,
disfrutar de la amistad, la concordia y la paz,
para coger nuevas fuerzas,
para revisar la vida y examinar con tiempo la conciencia
a fin de de agradar en todo a Dios.
Pasear por la playa en soledad o en conversación,
mirando la arena donde se deja la huella
y mirando el mar con sus olas que van y vienen,
la vida es dejar huella,
huella de Dios por el bien que se hace,
huella de Dios en la oración, predicación y misión.
Darse un baño en el mar, procurar cada día,
bañarse en el mar y bañarse en mi Dios,
su Inmenso amor de comunión
con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
y con María en el corazón.
Tomar el sol,
lo más saludable es tomar el sol de Dios, que es Cristo,
dejarse calentar por su amor y ser reflejo de su luz.
Quiero ser como el verano que deja tiempo para escribir,
leer, estudiar, pintar, orar,
y sobre todo, para decir: «¡Te amo mi Dios!». Amén.
COMO EL VERANO
El verano invita al descanso,
a pasear por la playa, ...
a darse un baño en el mar,
a tomar el sol que es saludable.
Descansar para estar más tiempo con mi Señor,
escuchar su voz, orar en el silencio,
meditar sobre aspectos de la vida,
contemplar la naturaleza
y ver qué me quiere decir Dios.
Descansar para estar con los amigos,
disfrutar de la amistad, la concordia y la paz,
para coger nuevas fuerzas,
para revisar la vida y examinar con tiempo la conciencia
a fin de de agradar en todo a Dios.
Pasear por la playa en soledad o en conversación,
mirando la arena donde se deja la huella
y mirando el mar con sus olas que van y vienen,
la vida es dejar huella,
huella de Dios por el bien que se hace,
huella de Dios en la oración, predicación y misión.
Darse un baño en el mar, procurar cada día,
bañarse en el mar y bañarse en mi Dios,
su Inmenso amor de comunión
con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
y con María en el corazón.
Tomar el sol,
lo más saludable es tomar el sol de Dios, que es Cristo,
dejarse calentar por su amor y ser reflejo de su luz.
Quiero ser como el verano que deja tiempo para escribir,
leer, estudiar, pintar, orar,
y sobre todo, para decir: «¡Te amo mi Dios!». Amén.
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial sin permiso del autor. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación y con el nombre del autor.
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