Buscar en este blog

jueves, 24 de enero de 2013

Reseña del curso "Recibid el Espíritu Santo"

ACCIÓN DE GRACIAS

Vengo fortalecida y llena del Espíritu Santo, por eso quiero dar gracias a Lázaro y al equipo de Velad y Orad y sobre todo al Señor que todo lo hace posible. Han sido dos días intensos pero al mismo tiempo dos días llenos de paz y tranquilidad. El entorno es ideal, la acogida es de lo mas calurosa y todos los que allí nos encontramos buscamos lo mismo, acercarnos al Señor. Las meditaciones a primera hora son el comienzo perfecto para preparar nuestras mentes y nuestros corazones para la llegada del Espíritu de Dios. Te relajas, te vacías de ti, lo invocas y luego lo dejas a Él… Viene pronto…. alguien decía que está tan deseoso de que lo llamen que acude rápido!!!
Las charlas y las contemplaciones te ayudan a meterte más profundamente en el tema y vas viendo la fuerza y la luz del Espíritu a través de la vida de Jesús. Desde el bautismo en el Jordán, las tentaciones en el desierto, las curaciones y finalmente esa dolorosa entrega en la cruz. Jesús da su vida y resucita al tercer día para compartir contigo ese Espíritu y comprendes que a raíz del bautismo y de la confirmación, tú también eres templo del Espíritu Santo y que ese espíritu no es más que el amor de Dios.
Contemplas al Espíritu como agua viva de la que hay que beber y puesto que el Espíritu habita en ti, es allí donde tienes que ir a buscarla. Allí, en lo más profundo de tu ser es donde encontrarás a nuestro Señor. Ahora, le pides que venga a tu encuentro, que te resucite, que te convierta, que te consuele, que te fortalezca y que te deje sentir el fuego de su amor. Como decía, el Espíritu no se hace esperar, sientes su aliento, es como un soplo que pronto se convierte en un viento fuerte que inunda todo tu ser, te abandonas y el Espíritu te invade y te transforma. Ya no te sientes vacía, ya no estás ciega, solo sientes gozo y alegría. El Espíritu ha brotado en ti y te ofrece un nuevo amanecer lleno de esperanza, lleno de amor… como decía una compañera entre lagrimas, cuanto amor…
Quiero compartir todo lo que siento, quiero anunciar la venida del Espíritu Quiero ir a esa fuente cada día para contemplarte y aprender de ti. Así podré Señor, colaborar contigo y como tus discípulos de antaño, recibir los frutos y los dones que necesito para proclamar tu evangelio y ayudar a mis hermanos. Quiero Señor, como Pablo, llenarme tanto de ti, que ya no sea yo, sino Tú, quien vives en mi.
Gracias Padre, gracias Jesús, gracias Espíritu Santo.
Edel