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domingo, 27 de mayo de 2018

ORACIÓN: "Quiero ser como una caracola de mar".


 
QUIERO SER
COMO UNA CARACOLA DE MAR

La caracola
se pasea por el fondo del mar, ...
se recoge en su caparazón,
así como el monje se recoge en su capucha para entrar en oración
y sumergirse en los mares de Dios.

Son mares de amor infinito,
de misericordia Infinita,
de bondad infinita,
porque Dios es Infinitud,
Inmensidad.

Así quiero recogerme cada día en mi interior
hasta llegar a la contemplación
y adorar el misterio que me habita, Santísima Trinidad,
misterio de amor incesante y comunión perenne.

El caparazón es el santuario o monasterio
donde me recluyo como monje en la ciudad,
donde habita el profundo silencio
y solo se escucha la voz de Dios, mi Señor.

Quiero ser
como una caracola del mar
que camina por las profundidades de la vida,
por los espacios misteriosos del agua espiritual,
por las honduras del ser
que abren sus puertas a la presencia de Dios.

Quiero recogerme con Cristo,
en intimidad con él,
para ofrecerme siempre
mostrando a los otros el arte de la oración
y la belleza de Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como un volcán encendido".


QUIERO SER
COMO UN VOLCÁN ENCENDIDO

Fuego en el interior de la montaña,
es el amor de Dios derramado por el Espíritu Santo ...
que arde y no se consume, amor inagotable,
alimentado por la gracia santificante de los sacramentos
y la humilde oración de un discípulo de Jesús.

Y es que él había venido a prender fuego a la tierra
y quisiera que ya estuviera ardiendo,
por eso le dije: «Toma mi corazón para que arda en tu amor».

Por amor celebro la Eucaristía,
por amor enseño a orar,
por amor predico,
por amor mi corazón arde unido al corazón de Dios,
por amor visito a los enfermos,
por amor escucho la voz del pobre, del que se siente roto y deshecho,
por amor vivo sin vivir en mí,
vivo en el corazón de Dios.

Quiero ser una montaña firme, majestuosa,
volcán de Dios que desprenda y derrame el fuego de su amor,
en el día y en la noche, al amanecer y al atardecer,
en todo tiempo y lugar.

Quiero ser como un volcán encendido,
como fuego que nada ni nadie puede apagar,
fuego que da calor y nos hace más hermanos,
fuego divino, fuego de Pentecostés que enciende los corazones,
fuego que me lanza a la misión de la evangelización.

Quiero ser volcán de Dios,
del amor más grande,
del amor hasta el extremo,
amor sin medida, sin condiciones, sin nada,
solo amor que alcanza el cielo y toca a la tierra,
amor redentor, unido a mi Cristo y Señor,
solo amor. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como un lago en calma absoluta".

 
QUIERO SER
COMO UN LAGO EN CALMA ABSOLUTA

Junto al lago puedo mirar
la calma, el sosiego, la serenidad de la vida ...
y escuchar la voz de Jesús que me dice:
«Venid a mí todos los que estáis cansados
y agobiados, y yo os aliviaré».

Junto al lago, sentado, y con mirada contemplativa
puedo respirar profundamente, y decir:
«¡Qué grande eres, Dios mío, todo está lleno de tu presencia!».

En la orilla del lago, como en la orilla de Dios,
veo el azul del cielo reflejado en el lago
así como el amor del cielo del Espíritu Santo reflejado en mi corazón, quiero tener siempre mi corazón puro, limpio, transparente
porque los bienaventurados de corazón sincero ven a Dios.

En la orilla del lago, al llegar la noche,
puedo ver reflejada la luna, a María de pie sobre la luna, y decir:
«Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios,
no desoigas las súplicas de tus hijos
ante bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita».

Quiero ser como un lago en calma absoluta
porque recibo la paz que transmite Cristo Resucitado,
él es mi paz y mi alegría, el sentido de mi existencia,
todo encuentra la paz, la armonía y la serenidad en él.

Quiero ser como un lago en calma absoluta
porque todo en la vida es relativo,
excepto el amor que Dios me tiene y el amor que yo le tengo,
amor de corazón a Corazón,
amor que es oración, silencio, éxtasis y adoración,

Quiero ser como un lago en calma absoluta
porque Dios es la inmensa paz de mi corazón
si hago silencio y en el amor, la contemplación. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como espiga de trigo".


QUIERO SER
COMO ESPIGA DE TRIGO

Contemplaba los trigales
mecidos por el suave viento del atardecer a la puesta de sol,...
y pensaba que al atardecer de la vida me examinarán del amor.

Contemplaba de cerca una espiga de trigo
que iba a ser molida hasta ser harina
para convertirse en hostia sagrada,
en presencia real de Cristo para darse como alimento divino.

Contemplaba cómo esa espiga llegaba a ser hostia pura,
hostia santa y hostia inmaculada
en las manos del sacerdote que consagraba
cuando invitaba a todos diciendo:
«Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo
que será entregado por vosotros».

Contemplaba que el sacerdote se hacia uno con Cristo,
Pan de Dios para los demás, con la entrega de su vida,
con su amor sacrificado unido al sacrificio de Cristo
en el Santo Sacrificio de la Misa.

Contemplaba que la vida de un sacerdote
y la vida de un cristiano es espiga molida,
vida entregada y sacrificada
para dar vida a quien no la tiene,
Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida,
Cristo es la Resurrección y la Vida,
Cristo es el Pan de la Vida.

Y, ¿qué sería de mi vida si no me alimentara de él,
si no diera este Pan a una muchedumbre
hambrienta de vida y felicidad, del amor que no tiene fronteras,
del amor que lleva a la vida eterna?

Quiero ser como una espiga de trigo,
Pan de Dios unido a mi Señor. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como una selva virgen".


QUIERO SER
COMO UNA SELVA VIRGEN

La humildad, la pureza, la limpieza de corazón,
la verdad, la justicia, la misericordia, ...
la generosidad, la fe, la esperanza y muchas más virtudes
del corazón humano nos sumergen en la aventura Indescriptible
de la vida humana como quien entra en una selva virgen
y no sabe con qué se va a encontrar.

La vida brota con toda su fuerza de manera natural,
altos árboles, matorrales, flores y frutos, riachuelos,
miro al cielo para ver los rayos de sol
que penetran para dar luz a toda la vegetación
en sus mil colores encantadores y cautivadores.

Junto a toda esa belleza está la amenaza
de la serpiente, las fieras, el enemigo,
que pueden asaltarte en los atajos de esa aventura que es la vida,
son los demonios de la acedia, el orgullo, la gula,
la lujuria, la envidia, la venganza,
todo aquello que en vez de darte vida te la quita.

Entre luces y sombras caminamos por nuevos senderos
pero hay que encontrar la salida,
¿dónde estará la salvación?

En la selva virgen de la vida no estamos solos,
la Virgen María, nuestra Madre, y Cristo, el Señor, nos acompañan para salir vencedores, para llegar al buen fin.

Solo el Señor nos muestra el camino
porque más allá de esta selva virgen que es la vida
nos espera el Paraíso,
por eso estamos entre luchas y descansos,
combates y relajación,
si vamos de la mano del Señor al final de la aventura
encontraremos el Paraíso con Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)
 
 

ORACIÓN:" Quiero ser como una flor en lo alto de la montaña"


QUIERO SER
COMO UNA FLOR
EN LO ALTO DE LA MONTAÑA

Paseando por la montaña, subiendo hasta lo más alto, ...
un día me encontré con una flor que nunca había visto,
y le pregunté «¿qué haces aquí?»,
guardó silencio porque las flores no tienen voz
pero hablan al corazón de quien busca, piensa, medita y contempla.

Si yo no hubiera subido a la montaña nadie habría visto esa flor,
me sentí afortunado porque Dios había puesto esa flor
en lo alto de la montaña para que yo la contemplara,
era una experiencia única que ya nunca se volvería a repetir,
yo no he vuelto a esa montaña y esa flor perecería en varios días.

¿Por qué nace una flor en lo alto de la montaña
mostrando su belleza y quizás nadie la vea?
¿Cuál es la razón de su existir?
Dios crea por amor y aquella pequeña ramita había germinado, brotado, crecido, hasta dar a luz aquella preciosa flor,
tan solo para dar gloria a Dios.

Así ha sido mi vida, nací por amor, crecí entre el egoísmo y el amor, pero descubrí que lo más bello de la vida es el amor,
Dios me había dado la existencia, era obra de su amor,
y he nacido para servir y dar gloria a Dios.

¿Y cómo puedo dar gloria a Dios? Con el canto y la oración,
alabándole y adorándole, y sirviendo con amor.

Hay tanto egoísmo y tanta falta de amor, porque en este mundo muchos en vez de servir a Dios se sirven a sí mismos,
si hubieran conocido al Señor hubieran conocido la belleza del amor
y estuvieran donde estuvieran, aunque fuera en la soledad,
estarían dando gloria a Dios.

Quiero ser como una flor en lo alto de la montaña
para dar siempre gloria a Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como un olivo milenario"


 
QUIERO SER
COMO UN OLIVO MILENARIO

Olivo retorcido en el Huerto de Getsemaní
donde estuvo orando muestro Señor ...
en su soledad y angustia,
en el lugar donde invitó a sus más íntimos
a «Velad y Orad para no caer en la tentación»,
cada vez que contemplo un olivo milenario
siento la llamada a la oración.

El olivo milenario se ha mantenido de pie a lo largo de los años, muestra la sabiduría del que ha vivido mucho,
del que tiene experiencia,
del que ha meditado, pensado, reflexionado,
y ha sacado las grandes lecciones
para mostrar a los otros lo más importante de la vida.

Ramos de olivos cimbreaban en las manos de los niños
el primer Domingo de Ramos,
en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén,
el Príncipe de la Paz se convertirá en Rey de la Paz en la Cruz
y será su primer saludo de paz ya Resucitado: «Paz a vosotros».

Abrazar un olivo milenario del Huerto de Getsemaní
es una gracia de Dios y un momento de oración
para ser fuertes en la pasión de la vida,
cuando hay que emprender el camino del Calvario,
cuando es el momento de darlo todo con todas las consecuencias.

Hubo mucho amor y mucha oración en Getsemaní,
el camino lo emprendió nuestro Señor,
ahora nos toca a nosotros sus seguidores
amar y orar para llevar a cabo la voluntad de Dios.

Quiero ser como un olivo milenario que escucha la voz de Jesús «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz»,
y como Jesús decir «que se haga tu voluntad y no la mía»,
ahora y por siempre. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como un alto ciprés"


QUIERO SER
COMO UN ALTO CIPRÉS

El ciprés apunta hacia el cielo,
colocado en los cementerios ...
señala que al final de la vida anhelo el cielo,
aspirar a lo más alto, a participar de la gloria del Señor Resucitado.

El ciprés es el árbol de la espiritualidad,
su color verde nos habla de la acción del Espíritu Santo
que nos hace crecer más y más en espiritualidad,
sus raíces profundas son mi vida de oración,
el tronco que sostiene las ramas es Cristo
en su verticalidad de amor al Padre del que nunca se separa.

Quiero ser como un alto ciprés
que aspire a los bienes de allá arriba
donde Cristo está sentado a la derecha del Padre,
son los bienes de la eternidad,
la vida eterna, la paz eterna, el amor eterno.

Quiero ser como un alto ciprés
que crece espiritualmente más y más
en un amor hacia Dios y un amor hacia los hermanos
y hacia este mundo que necesita ser salvado por amor.

Quiero ser como un alto ciprés
que recuerda que todos los que anhelan
alcanzar el corazón de Dios necesitan de la oración,
ser un poco monjes en la vida,
con espacios de recogimiento,
silencio y contemplación
para ver a Dios en todo y en todos.

Quiero ser como un alto ciprés
que entrando por el camino de la humildad busca la santidad, entrando por el camino de la oración busca
la contemplación y la adoración para alabar y servir a Dios,
ahora y siempre, así lo quiero mi Señor. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como un oasis"

QUIERO SER
COMO UN OASIS EN EL DESIERTO

En un día de espantoso calor en medio del desierto
qué maravilla divisar un oasis ...
de altas palmeras con manantiales de agua,
así quiere ser la Iglesia en medio del mundo,
un oasis de misericordia, y así quiero ser yo para los demás,
misericordia infinita en la aridez de la vida.

Un oasis en el desierto es una mancha verde
en un gran ocre pálido de inmensos arenales,
es decir una gran esperanza en el contraste
del calor del día y del frío de la noche.

El oasis es una fuente de alegría y vida
en la sobria aridez de lo cotidiano y diario,
pero es necesario atravesar los desiertos
para encontrar la tierra prometida
de los manantiales de agua
donde Jesús nos da de beber en sus benditas manos.

Las tempestades del desierto
cambian la panorámica del paisaje
y si hoy pensábamos ir por allí,
ahora hay que andar por nuevos caminos desconocidos,
así es nuestra vida que en un momento y de golpe
todo cambia y todo necesita ser encajado
y asumido como nueva realidad,
esto es vivir lo inesperado de Dios.

Dios es imprevisible,
el mayor tiempo de la vida toma forma de desierto
pero de vez en cuando aparecen pequeños oasis
de vida en abundancia, de verdaderas consolaciones,
de un amor que se desborda donde todo es gracia y don de Dios
si queremos avanzar, crecer y madurar.

Gracias, Señor, por los oasis que me ofreces en el desierto de la vida,
y por la Santa Eucaristía, el mejor oasis de Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como una verde pradera"




QUIERO SER
COMO UNA VERDE PRADERA

Desde una mirada contemplativa
la verde pradera me lleva a encontrarme con Jesús Buen Pastor, ...
porque en verdes praderas me hace recostar
y me conduce hacia fuentes tranquilas,
siempre contigo mi Señor.

La fresca hierba de la verde pradera
hace descansar mi alma,
el verde es un canto a la esperanza
y una regeneración espiritual,
es el color del Espíritu Santo,
mi Señor quiero vivir
un continuo e incesante crecimiento espiritual.

A la verde pradera va el pastor con su rebaño,
la Eucaristía es esa verde pradera
donde Cristo se nos da como alimento para toda la Iglesia,
para ese inmenso rebaño que está llamado a crecer
a través de la evangelización,
hazme Señor Buen Pastor de tu rebaño.

Y puedo orar contemplando al Buen Pastor
que sale a la puerta para acogernos,
para llevarnos a su redil,
para curar nuestras heridas,
alimentarnos y dejarnos correr por los caminos de Dios.

Por eso Jesús tú siempre ve delante
y yo te seguiré adonde quieras que vayas,
pisando tus huellas del amor más grande
que me colma de vida,
tú siempre iluminas la senda de la salvación,
contigo no me pierdo,
contigo alcanzo el cielo y las verdes praderas de tu amor. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

lunes, 21 de mayo de 2018

ORACIÓN: "Quiero ser como una cueva en lo más alto de la montaña"


 
QUIERO SER
COMO UNA CUEVA
EN LO MÁS ALTO DE LA MONTAÑA

Quisiera cada día subir a lo alto de la montaña ...
para encontrarme con mi Dios, pues con Él todo es más bello,
me muestra nuevos horizontes, nuevos paisajes y nuevos caminos.

Subir a lo alto de la montaña, a las cumbres del amor,
supone un esfuerzo, hay días que no se apetece pero merece la pena,
invocando al Espíritu Santo,
Él me da nuevas fuerzas para alcanzar la cima.

Subir a la montaña para encontrarme con mi Dios
es el misterio de la oración,
donde mi corazón roza el Corazón de Dios,
en el encuentro de sentirse muy amado
dando una respuesta de amor,
en la soledad y el silencio, en contemplación.

Subo a la montaña dejando otras cosas,
para llegar a amar a Dios sobre todas las cosas,
para expresarle mi amor y luego bajar de la montaña
para darme y servir a mis hermanos
en el compromiso de entregar mi vida.

Y al subir a la montaña descubro la cueva del recogimiento,
a veces en la oscuridad, a veces en la luz,
pero cuando la constancia de la oración hace que la gota de agua
forme la estalactita y la estalagmita, roca dura y consistente,
así es el misterio de la oración constante
que me da consistencia espiritual y madurez,
me hace fuerte para la tribulación.

Quiero ser como una cueva en lo más alto de la montaña,
para vivir el recogimiento en el amor,
amor entregado y sacrificado de cada día,
en la oración de amor que me lleva a amar a los hermanos,
a los pobres y necesitados. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

domingo, 20 de mayo de 2018

RETIRO 8-10 DE JUNIO: Ante el Misterio de María.


XVII JORNADA DIOCESANA DE ESPIRITUALIDAD



El próximo sábado nos vemos en la Jornada de Espiritualidad EL ENCUENTRO CON CRISTO, COMUNIÓN CON DIOS Y COMUNIÓN CON LOS HERMANOS. Comienza a las 10 y termina con la Eucaristía a las 5 h presidida por nuestro Obispo D. Rafael. Hagamos de nuestra Iglesia una Iglesia movida por el Espíritu Santo. Te esperamos, pon de tu parte y el Señor te ayudará y te bendecirá.

ORACIÓN: "Quiero ser como un sauce llorón".

QUIERO SER
COMO UN SAUCE LLORÓN

¿Por qué lloras,
por qué tus ramas y tus hojas caen como lágrimas ...
que quieren alcanzar el suelo,
junto al arroyo de agua cristalina que corre?
Y el sauce me respondió: «así he sido creado para hablar de Dios».

Pienso en tantas lágrimas derramadas,
lágrimas de arrepentimiento,
lágrimas de rabia, lágrimas de impotencia,
lágrimas a causa de la injusticia,
lágrimas de alegría por el perdón,
para mí que las lágrimas
sean porque quiero amar más a Dios.

Mecido por el aire soy mansedumbre,
eso quiere ser mi vida
aguantar con paciencia los defectos del prójimo,
manso porque los mansos poseerán la tierra de Dios,
los mansos son bienaventurados.

El sauce cobija a su sombra en el día de calor,
junto al arroyo de agua fresca que corre,
así quiere ser mi vida
que otros puedan cobijarse
bajo la sombra del amor de Dios,
allí donde el ser humano descansa.

El sauce, como Jesús, grita:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados,
y yo os aliviaré»,
la oración es descanso del alma
para revitalizarse y tomar nuevas fuerzas
para servir a los demás,
sea el encuentro conmigo un descanso para mis hermanos.

Quiero ser como el sauce llorón en la creación de mi Dios,
reflejo de su amor. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como una nube"


 

 
QUIERO SER
COMO UNA NUBE

Quiero ser como una nube
que en un día de calor sofocante ...
deja caer la suave lluvia que refresca el ambiente,
agua del Espíritu que alivia
la angustia del corazón humano.

Quiero ser como una nube
que cambia de forma embelleciendo el cielo,
ya sea al alborear el día o al atardecer,
así mi vida va cambiando de forma
encarnándose en las distintas realidades
como hizo nuestro Señor para llevar la salvación.

Quiero ser como una nube
que se une a otras nubes
para formar una comunidad en el cielo,
así en la tierra mi vida se une a la vida de tantas personas
para formar la comunidad donde Cristo y el amor
se hacen centro de nuestras vidas.

Quiero ser como una nube
que desprende rayos,
pero que sean rayos de misericordia, de bondad,
de perdón, de verdadero amor,
como desprendía la persona de Jesús, mi Señor.

Quiero ser como una nube que deja asomarse al sol,
el sol es Cristo
y en mi vida quiero que siempre él se asome
para Iluminar y dar calor al corazón.

Quiero ser como una nube en el cielo de Dios
que dibuje cada día las palabras:
«Te amo y siempre te amaré, mi Señor“. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como una estrella del cielo".



QUIERO SER
COMO UNA ESTRELLA DEL CIELO

La estrella luminosa
en la oscuridad de la noche ...
brilla alegrando el corazón,
así quiero brillar en medio de las oscuridades,
dificultades y contrariedades de mis hermanos,
dando luz.

Brilla la estrella parpadeando en medio de la oscuridad,
nunca llega a apagarse,
así quiero ser brillo de Dios allí donde me encuentre,
en todo tiempo y lugar.

Quiero ser como la estrella fugaz en el firmamento
que deja una estela de vida,
así mi amor quiere alcanzar a todos
porque el amor de Cristo es universal.

Siempre hay una estrella que luce más que otras,
a veces brillamos con luz resplandeciente
y a veces nuestra luz es débil,
lo que es importante es que mi amor no deja de dar luz.

En Belén brilló la luz,
era la estrella de Oriente que guió a los magos,
Cristo es siempre la estrella que guía nuestra vida,
cuando no vemos la estrella nos perdemos.

A Abraham Dios le prometió una descendencia
como las estrellas del cielo,
miles de estrellas bañan el universo,
¿seré estrella de luz que guía a los hermanos?

Sí, quiero ser como una estrella del cielo,
dando siempre luz en la oscuridad
para cumplir la misión que Jesús nos encomendó:
«vosotros sois la luz del mundo»,
quiero ser luz de mi Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)
 
 

ORACIÓN: "Quiero ser como una estrella de mar"



QUIERO SER
COMO UNA ESTRELLA DE MAR

Quiero ser
como la estrella de mar ...
que se pasea por las profundas aguas marinas
contemplando la belleza de sus paisajes
y acompañada de un caballo de mar,
sí, quiero entrar en las profundidades de mi interioridad
y descubrir la belleza de mi universo interior
donde viven María con Cristo que siempre me acompañan.

Quiero ser
como la estrella de mar
que entre tantos corales rojos destaca por la palidez de su color
confundiéndose con la tierra,
así mi vida ve el rojo encendido del amor de Dios
en los corazones humanos
y la palidez de mi ser cuando se confunde con la tierra
de mis hermanos que sufren y padecen.

Quiero ser
como la estrella del mar
que va arrastrada por las corrientes de agua,
así mi vida quiere ser llevada por las aguas del Espíritu Santo
en la aventura de seguir las huellas de Cristo, mi Señor.

Quiero ser
como una estrella de mar
que luce sus puntas como obra del Creador,
así mi vida luce las virtudes
de la fe, la esperanza y la caridad
para servir y dar gloria a Dios.

Quiero ser
como una estrella de mar
que tan solo quiere amar y más amar
hasta gastar la vida en los mares de Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar) 
(Pbro. Lázaro Albar)


ORACIÓN: "Quiero ser como un manantial de agua cristalina"


QUIERO SER COMO UN MANANTIAL
DE AGUA CRISTALINA

Quiero ser
como un manantial de agua que brota incesante, ...
agua cristalina, transparente, limpia,
para dar de beber a los sedientos.

Quiero ser como un manantial
de donde brotan ríos de misericordia
porque vivo en la Santísima Trinidad,
Ella es mi casa y mi hogar.

Quiero ser como un manantial de fe, esperanza y amor
del agua más pura y limpia, agua espiritual,
agua purificada por la gracia del Espíritu Santo.

Quiero ser manantial de Dios
para dar de beber al peregrino
y saciar la sed en el cansancio de la vida.

Quiero ser
como un manantial en la alta montaña de Dios,
en las cumbres del amor,
porque es amor lo que necesita nuestro mundo,
mucho amor que disipe las tinieblas del egoísmo y la mentira.

Quiero ser
como un manantial de agua cristalina,
de pureza espiritual, de transparencia divina,
donde al mirarme como en un espejo
en vez de ver mi rostro vea el rostro de Cristo,
la luz de toda luz.

Quiero ser como un manantial,
como una fuente Inagotable de amor,
del amor de Dios que brota incesantemente,
amor para derramar en los corazones de los sedientos
por la acción del Espíritu Santo, ahora y por siempre. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como el viento"



QUIERO SER
COMO EL VIENTO
Quiero ser como la brisa suave
que revela la presencia divina, ...
así te haces presente en mi oración
para saciarme de gozo en tu presencia,
Cristo, mi Señor.
Quiero ser como la brisa de la tarde
que escucha los pasos de Dios,
su cercanía e Intimidad,
porque me siento acompañado,
Cristo, mi Señor.
Quiero ser como el viento
que levanta la tempestad en el lago azul de la vida,
y me hace caminar sobre las aguas hacia ti,
Cristo Resucitado, mi Señor.
Quiero ser como el viento
que arrastra toda la hojarasca de la vida
para dejar todo más limpio y despejado,
y así encontrarme con mi Señor,
mi paz y alegría.
Quiero ser como el viento
que mueve los corazones en el Cenáculo,
en la Iglesia cuando se celebra la Santa Eucaristía,
qué bien el amor es fuerte e Impetuoso
cuando me alimento de Cristo, mi Señor.
Quiero ser como el viento
que impulsa al misionero a la misión,
a llevar la buena noticia de Dios,
allí donde nadie ha escuchado
la voz de Cristo, mi Señor.
Quiero ser como el viento de Dios,
para dar gloria a Cristo, mi Señor. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

jueves, 17 de mayo de 2018

ORACIÓN: "Quiero ser como la lluvia"


 
QUIERO SER
COMO LA LLUVIA
Como la lluvia
que empapa la tierra a fin de hacerla fecundar, ...
así quiere ser mi palabra,
voz que siembra la semilla del Evangelio
para hacerla fecundar en frutos de amor.

Como la lluvia incesante
que forma ríos de agua,
así quiere ser mi vida en relación con Cristo,
oración incesante que crea en mí ríos de agua viva
a fin de dar de beber a los sedientos.
Como la lluvia suave,
como un chiriviri que deja empapada la ropa
sin apenas darse cuenta, así es mi vida,
un constante Evangelio vivo que cala en las personas
sin apenas darse cuenta,
pero que quedan enamoradas del Señor.
Como la lluvia
unas veces más fuerte, otras veces más débil,
así me encuentro en el día a día,
pero sabiendo que la fuerza de Dios
se manifiesta en mi debilidad.
Como la lluvia
que deja todo más limpio,
así quiere ser limpiado mi corazón
para vivir en la sinceridad, la verdad,
y ser bienaventurado para ver a Dios.
Como la lluvia
que me gusta contemplar desde la ventana,
así me gusta contemplar la música callada de Dios,
la soledad sonora en intimidad con Cristo,
la belleza del rostro de Dios en mi corazón. Amén.

(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como el sol"


 
QUIERO SER
COMO EL SOL
Como el sol
que en la aurora se levanta dando alegría, ...
así todo mi ser quiere amanecer cada día a la gracia divina
que colma de alegría mi corazón.
Como el sol que es todo luz,
así Cristo es mi Luz,
y así quiero yo ser luz de Dios
en la oscuridad de los hombres.
Como el sol que da calor a la tierra,
así todo mi ser quiere calentar los corazones
en el amor incesante de nuestro Padre Dios.
Como el sol
que al atardecer se acuesta en los cielos
encendiéndolo en colores de añoranza,
así en el atardecer de cada día el Dios de la Creación
me examina en el amor.
Y así como el sol
hace cada día su recorrido hasta esconderse,
así yo voy recorriendo los caminos del Señor
hasta decir «todo está cumplido».
Sí, como el sol
que levantándose en los cielos da color a toda la Creación,
así yo quiero dar color a tantas vidas grises que viven sin amor.
Quiero ser como el sol, mi Señor,
para dar luz, calor, vida y sobre todo mucho amor. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como el río"



QUIERO SER
COMO EL RÍO
Quiero ser como el río de agua cristalina y transparente,
así mi corazón ser limpio ...
para ver y contemplar a Dios.
Quiero ser como el río
cuyas aguas corren y corren para alcanzar el mar,
así mi vida que nunca se paralice
sino que corra hasta alcanzar la meta del cielo prometido.
Quiero ser como el río
cuyas aguas saltan todo obstáculo,
así mi vida quiere superar todo obstáculo
o dificultad que le aparta de Dios.
Quiero ser como el río que brota de un manantial
y recorre toda una aventura hasta alcanzar el mar,
así mi vida quiere brotar del manantial de la Santísima Trinidad
y recorrer como peregrino la aventura de la fe
hasta encontrar la morada de Cristo, mi Señor,
que me tiene preparada.
Quiero ser como el río
que alimenta la vegetación frondosa de su orilla,
así mi vida quiere alimentar haciendo el bien
a los que pasan por mi orilla
hasta que alcance la orilla de Dios.
Quiero ser como el río
que alegra el corazón de quien lo contempla,
así mi vida ser fuente de consuelo,
paz y alivio espiritual para los demás.
Quiero ser como el río,
beber del agua que me da Jesús
para que dentro se mí corran ríos de agua viva. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como el árbol"




 
QUIERO SER
COMO EL ÁRBOL

Quiero ser como el árbol erguido
que apunta hacia el cielo ...
porque mi vida quiere alcanzar
la morada junto a Dios
por toda la eternidad.

Quiero ser como el árbol de profundas raíces
porque mi vida de fe quiere ser profunda,
vida interior, vida orante, mística,
arraigada en la intimidad con Cristo.

Quiero ser como el árbol de verdes hojas perennes
porque todo mi ser quiere ser
dócil a la acción del Espíritu Santo,
la savia que me rejuvenece.

Quiero ser como el árbol frondoso de fruto abundante
porque mi vida está llamada a dar frutos de amor
cada día y en todo lugar.

Quiero ser como el árbol
donde anidan los pajarillos encontrando cobijo
porque mi vida quiere ser lugar de acogida para los pobres,
los que sufren, los enfermos,
y ser alivio del alma para todos.

Quiero ser árbol de Dios
aquí en la tierra y en el cielo
en el Paraíso del amor eterno. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

martes, 8 de mayo de 2018

ORACIÓN: "Quiero ser como el mar".



QUIERO SER COMO EL MAR

Como el mar, en oleadas que van y vienen,
así quiere ser mi amor,
el amor de Dios en mí hacia los demás....

Como el mar,
que es inmensidad, grandeza, magnanimidad,
así quiere ser mi misericordia con todos,
sin medida, un baño de vida y esperanza.

Como el mar,
que puedes penetrarlo hasta las profundidades,
los más recónditos recovecos de un nuevo mundo,
así quiero entrar dentro de mí
hacia los espacios más interiores,
hasta descubrir lo más hondo de mí mismo
y tocar el misterio de la oración.

Como el mar,
en sus paisajes de mil colores,
con sus rocas, algas marinas,
cetáceos y peces que pululan por las aguas,
con sus tesoros escondidos, así es mi interior,
un universo por descubrir con el tesoro de mi Dios,
donde mana la vida, la esperanza, la fe y la caridad.

Como el mar azul,
reflejo del cielo, brillante, luminoso,
así quiere ser mi ser, reflejo del cielo,
y luz de mi Dios en mi corazón.

Como el mar,
que me llama a remar mar adentro,
donde hay más profundidad, más horizontes,
y lejanía de mi propia orilla
para encontrar la orilla de Dios.

Quiero ser como el mar
y encontrarme cada día con Dios y mis hermanos,
para amar y no dejar de amar. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar)

ORACIÓN: "Quiero ser como la montaña"


 
QUIERO SER
COMO LA MONTAÑA

Como la montaña, majestuosa, fuerte, robusta,
para ser escalada hasta alcanzar el cielo, ...
así quiere ser mi ser con madurez humana y espiritual,
madurez cristiana que quiere alcanzar el cielo de Dios.

Como la montaña,
que cambia de color según las estaciones,
desde la sequedad hasta el verdor de la vida primaveral
con mil colores de flores que la cubren,
así es mi misma vida y tu vida,
dede días ensombrecidos, áridos, sin color,
hasta días de tierra florida y llena de frutos de color
con sabor a caridad, generosidad y entrega de amor sin medida.

Como la montaña que se mantiene firme, estática,
levantada para ser contemplada, visitada por las tormentas,
donde las nubes cubren la cima,
así es mi vida de fe, firme, sólida,
cimentada en la gran roca de Cristo.

Como la montaña,
a veces encendida en su interior, como un volcán de fuego,
así es mi vida cristiana, como un fuego que no puede apagarse,
es el fuego del amor de Dios que me habita
y que quiere salir como una explosión de vida
que toque los corazones y reciban la noticia de cuánto les ama Dios.

Como la montaña que hay que subir cada día
para contemplar nuevos horizontes,
para encontrarse con Dios en el misterio de la oración
donde mi corazón toca el corazón de Dios
en la mística de mi alma que se encuentra con el Amado.

Quiero ser la montaña que toque el cielo de Dios,
la montaña que escalo cada día en mi pobre oración
escuchando el eco de su voz que resuena
entre los paisajes del mundo y me dice:
«¡cuánto te amo hijo mío, amigo mío! ¡Cuánto te amo!». Amén.
(Pbro. Lázaro Albar)