El fin de semana
del 16 al 18 de Noviembre pudimos disfrutar nuevamente de un Curso maravilloso
impartido por el P. Lázaro Albar y la Fraternidad Velad y Orad. Han sido apenas
unos días… pero ¡cómo han llenado nuestro corazón de fe, de amor y de paz!
En medio de un espacio
privilegiado de la naturaleza como es la Casa de Espiritualidad de las
Mogarizas en Chiclana de la Fra. y con un servicio tan acogedor y entrañable
como el que nos brindan en toda ocasión las Hijas del Corazón de María que la
atienden habitualmente, estuvimos
esos días a la luz de la Palabra contemplando pasajes del evangelio en los que
la fe se ponía de manifiesto con toda su fortaleza, grandeza y belleza en medio
de la tempestad, en medio de la oscuridad y ceguera más absoluta, en la
enfermedad incurable del ser más querido y en medio del rechazo cruel y la
conciencia de pecado más dolorosa.
Hemos vivido y
experimentado una vez más cómo el amor de Dios lleva al corazón del hombre a la
fortaleza, la seguridad y la paz más grande jamás conocida. Este curso al que
acudimos un grupo de personas de diversas ciudades, edades, realidades
cotidianas, etc.. ha avivado intensamente nuestra fe con esa palabra
contemplada y meditada y con los espacios amplios y pausados de oración con
Jesús sacramentado expuesto, en los que hemos sentido cómo El Señor siempre
está en la barca de nuestra vida, tendiéndonos su brazo para que nos agarremos
fuertemente a él, acariciando nuestra mejilla y preguntándonos “¿qué quieres
que haga por ti?”, levantándonos cuando caemos arrastrados por el pecado y
traspasando nuestro corazón con su amor infinito para llenarlo de luz y de paz.
Ayudados también por el ambiente maravilloso de cercanía y
fraternidad entre todos que se respira en estos cursos, por una organización
estupenda, unos cantos orantes y melódicos que nos transportaban continuamente,
y sobre todo a través de ese manantial cristalino e inagotable que es el
corazón orante del P. Lázaro Albar hemos profundizado mucho en la oración, en
que verdaderamente “el fruto de la oración es la fe” como decía con frecuencia
la Beata Teresa de Calcuta, y en que “somos porque Dios nos sostiene, no es que
nosotros seamos nada, ahora es que somos Todo en Él”.
Fran y Ana María.