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martes, 31 de julio de 2018

PROXIMO RETIROS CURSO 18/19 FRATERNIDAD VELAD Y ORAD











ORACIÓN: Quiero ser como la flor de la pasión.



 
QUIERO SER
COMO LA FLOR DE LA PASIÓN

Pasión de amor, pasión de dolor, Pasión de Cristo mi pasión,
tierra de la humildad donde brota una flor ...
y esa flor es la flor de la Pasión.

Y le pregunté «¿qué puedes decirme de Dios?»,
y me habló de Cristo y su pasión, ¡cuánto amor tiene esta flor!,
porque te lleva a Cristo y a su pasión,
no hay amor más grande que murió perdonando para tu salvación.

Cuenta la leyenda que María Magdalena lloró
por la muerte de su Señor
y que esas lágrimas al caer al suelo tomaron forma de semilla
y de ahí brotó esta flor.

Eres flor misteriosa y enigmática, de color morado o púrpura,
planta trepadora que tiende a crecer como mi vida mirando a Cristo,
 ¿cuándo llegaré a él, con toda mi alma y mi ser,
hasta que ya no sea yo sino él en mí, en el amor y el dolor,
dulce pasión, abrazando mi cruz y a Cristo, mi Señor.

Hojas viejas, las manos de aquellos que te persiguieron, Cristo mío,
y hoja nueva, la lanza que atravesó tu costado;
diez pétalos, son los apóstoles
sin Judas que te traicionó y sin Pedro que te negó,
pero cuántas veces yo te he traicionado o negado,
por todo ello, ¡perdóname Señor!

Y sobre los pétalos todo un círculo de filamentos de la corona,
sépalos modificados de la corola que es la corona
formada por setenta y dos espinas, como a los que él envió,
a modo de sol con rayos morados,
yo también te he clavado espinas cuando te he herido
aunque tú también me has enviado como misionero de tu amor.

Los cinco estambres, tus cinco heridas; tres estigmas florales,
los clavos que te clavaron a la cruz; el ovario y su base,
es el cáliz de tu Última Cena que nos das a beber para crecer en amor,
sacrificio de la vida, para la redención. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial sin permiso del autor. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación y con el nombre del autor.

jueves, 19 de julio de 2018

ORACIÓN: "Quiero ser como la flor de wisteria"


QUIERO SER
COMO LA FLOR WISTERIA

Las glicinas, glicinias o flor de la pluma
son plantas del género wisteria,...
que abarca diez especies de vides trepadoras;
plantas de decoración de jardines
debido a sus grandes ramilletes de flores primaverales,
con sus enormes racimos colgantes
pueden cubrir fachadas, muros, pérgolas, merenderos,
enrejados, paseos o túneles florales.

Quiero ser como la flor wisteria que embellece toda la planta uniéndose a otras flores moradas,
como el rebosar de una comunidad cristiana
que rica en sus carismas y dones, en virtudes y santidad,
es exuberancia de belleza en la Iglesia.

Planta vigorosa, resistente, capaz de vivir hasta los cien años;
sus hojas son compuestas, tienen entre siete o trece foliolos;
las flores se abren a principio de la primavera,
saturando el ambiente con su perfume.

Así quiero ser, resistente y alcanzar la vida eterna,
santificar con los siete sacramentos,
como una primavera de nueva evangelización
que llena todo del perfume de Dios.

Hay ramos cortos, llamados brindillas coronadas,
llevan en el extremo una yema de flor
que dará lugar a una inflorescencia;
pero también ramas largas de varios metros
en las que solo las yemas de las bases dan flores,
floreciendo siempre sobre los brotes del año anterior.

Quiero ser como la flor wisteria en racimos colgantes
de color violeta, malva, azul e incluso blanco
y de exuberante floración para lo que requiere bastante luz,
flor morada de trabajo espiritual y luz de resurrección,
que construye sobre el trabajo de la evangelización anterior. Amén.
 
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial sin permiso del autor. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación y con el nombre del autor.
 

 
 

ORACIÓN: "Quiero ser como el acebo"

QUIERO SER
COMO EL ACEBO
 


 Pequeño árbol protegido que fructifica de octubre a noviembre, conocido por sus frutos de pequeñas esferas de rojo intenso y brillante que se utilizan como adorno navideño
y reciben el nombre de muérdago o falso muérdago....

Cada fruto me hace pensar en el amor de la Santísima Trinidad, concentrado en Jesús, misterio de salvación,
que muestra el rostro de un Padre enamorado, de un Hijo entregado
y de un Espíritu Santo derramado.

Árbol de porte piramidal, tronco recto, liso, de color gris verdoso,
de crecimiento lento que puede alcanzar los diez metros de altura; como María siempre levantada, siempre sirviendo,
y como el justo José, silencioso y protector del Niño y de la Virgen;
así quiero ser yo, recto en mis costumbres y hábitos
según el corazón de Dios.

Las hojas del acebo son perennes, onduladas y rígidas,
de color verde brillante oscuro, cuyo borde es espinoso;
que mi esperanza sea fuerte y magnánima,
ondulada por las oleadas de amor de Dios hacia mí y de mí hacia Dios, con las espinas que me van clavando en el camino de la vida
siendo brillo de Dios en la Iglesia y para los demás.

Existen unas cuatrocientas especies
de la misma familia por todo el mundo,
y pueden formar parte de los bosques de hayas, pinos y robles;
yo quiero ser como el acebo,
con el corazón de Dios concentrado en mi corazón,
perteneciendo a la gran familia del Cuerpo Místico de Cristo,
la Iglesia, unido a la Iglesia universal, siendo brillo de Dios.

Quiero ser como el acebo que alegra las casas, los santuarios,
creando fraternidad, comunión, familiaridad, cercanía,
anunciando a Jesús que vino pobre
para ser adorado en su pobreza. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial sin permiso del autor. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación y con el nombre del autor.

ORACIÓN: "Quiero ser como una flor de Pascua".

QUIERO SER
COMO UNA FLOR DE PASCUA

 Aparece esta flor del misterio de la Natividad del Señor,
es Flor de Nochebuena, Planta de Navidad, Estrella de Navidad, porque también las flores quieren adorar al Niño Dios. ...

En el siglo XVI los frailes misioneros franciscanos
las utilizaban en torno a la Fiesta del Santo Pesebre,
en la que se hacia una procesión conmemorativa
del nacimiento de Jesús;
pesebre, pobreza de Belén, Cristo, Amor de todo amor,
nace para traernos la salvación.

Flor de Pascua, para los aztecas que las cultivaban, era pureza;
y para los cristianos, Vestida de rojo y verde,
es reflejo del misterio cristiano de la Navidad,
rojo por el amor y verde por la esperanza que trae al mundo.

Rojo, porque «tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo,
para que todo el que crea en él tenga vida eterna»;
el rojo, fuego de amor, es Cristo en mi corazón,
amando y perdonando, tendiendo la mano al que sufre,
porque la Navidad es acogida del pobre, generosidad,
y luz en nuestra oscuridad.

Sus hojas son rojas y verdes, en forma de corazón alargado;
las de color verde se tornarán rojizas durante el Invierno,
para lo que es conveniente que la planta no reciba luz
durante doce horas aproximadamente desde octubre hasta navidades.

Para celebrar la Navidad, preparamos sobre todo nuestro interior
Cada año, a fin de que Jesús nazca en nuestra miseria
y la torne en misericordia, éste es el color verde de la esperanza.

Quiero ser como la Flor de Pascua, que cada día Cristo nazca en mí, como nuevo nacimiento para ser hombre nuevo en clima de Navidad, creando ambiente familiar donde no entren las corrientes
frías del egoísmo ni las calientes que destrozan el alma,
que la Navidad sea Paz. Amén.

(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN : "Quiero ser como un campo de margaritas"

QUIERO SER
COMO UN CAMPO DE MARGARITAS
 


 Los campos también se visten de margaritas
para dar gloria a Dios y ser admirados por aquellos ...
que saben mirar con mirada de amor y agradecer a Dios;
de pequeño me gustaba arrancar los pétalos de la margarita
para decir «te quiero, no te quiero»,
ahora sin margarita digo: «Señor te quiero,
y quiero amarte cada día más, porque sé que me amas».

Muchos nombres y muchos colores, margarita común,
margarita menor, margarita de los prados, chiribita, coqueta…
margarita gigante de pétalos de color blanco con el centro amarillo,
pero también pequeñas de color blanco o amarillo y botón amarillo,
y también pétalos rojos con centro amarillo, ¡algo increíble!,
impresionante las veinte mil especies diferentes que se conocen.

Con tallos alargados y delgados,
con hojas ovaladas, espatuladas y dentadas, de color verde oscuro, cuya flor brota en primavera o época inicial del invierno,
creciendo en forma de roseta en los meses de verano,
algunas alcanzando hasta ciento veinte centímetros de altura.

La más popular es la blanca que significa inocencia,
pero también amor lleno de pureza, quiero ser como una margarita, flor de la humildad, de la sencillez, no destacar entre las otras,
pasar desapercibido haciendo el bien en el silencio de cada día.

La flor se abren durante el día,
que al amanecer mi corazón se abra a Dios
y me acompañe para abrirme a los hermanos;
y la flor se cierra al quitarse el sol, que yo me recoja en oración
para verte, Dios mío, dentro de mí y darte gracias.

La leyenda cristiana cuenta que la margarita se originó
de las lágrimas de María Magdalena, ¡qué maravilla!
que mis lágrimas también sean de arrepentimiento
para seguir en santidad los pasos de Jesús. Amén.


(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN: "Quiero ser como una hortensia".

QUIERO SER
COMO UNA HORTENSIA
 

 
 Belleza de jardines, de patios y de parques
con sus conjuntos de hortensias, ...
flores en forma de esfera de pequeños pétalos
agrupadas en ramos de hermosos colores
desde el blanco, verde pálido, rosa, rojo,
morado, celeste suave, hasta el azul intenso;
así quiero ser yo, dando color y vida a quien no la tiene,
porque la vida le ha maltratado o pisoteado.

Inspiración de poetas y místicos,
por eso quiero ser como una hortensia, cerrada de forma, contemplando en mi interior la vida de Jesús
para luego comunicarla a los demás,
en sus bellos colores de limpia pureza, esperanza para el futuro, añoranza de vida, amor apasionado, penitencia y sacrificio,
hasta ser misericordioso para alcanzar misericordia.

Flores que crecen durante la primavera
y permanecen durante todo el verano hasta el otoño,
agrupadas en ramos en el extremo del tallo
con hojas ovaladas de gran tamaño que terminan en punta, florecillas unidas formando un círculo, símbolo de la unidad,
como cuando estamos unidos sin diferencias, en armonía y amor, como quiere el Señor de sus discípulos
«que todos sean uno para que el mundo crea».

Brotan en arbustos de uno a tres metros de altura,
en árboles pequeños o lianas que pueden alcanzar treinta metros trepando por los árboles, abrazadas a los árboles de la vida
como yo me abrazo a Jesús, porque «sin él no puedo hacer nada».

La hortensia es una planta que necesita mucha luz,
podarla constantemente, y centrar su crecimiento en tres tallos,
como todo cristiano que necesita para vivir la luz de Cristo
y ser podado para poder florecer en tallos de fe, esperanza y caridad,
para alabanza y gloria de Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN: "Quiero ser como la pluma de Santa Teresa".


QUIERO SER
COMO LA PLUMA DE SANTA TERESA

Impresionante al contemplar este cactus
en su gran variedad de colores y formas ...
que cuando se acerca la Navidad
empieza a florecer de forma espectacular.

Es como anunciar con su belleza
el nacimiento de nuestro Salvador,
también mi vida se prepara durante el Adviento
con la vigilancia y la oración,
para que nazca Jesús en la miseria de mi ser,
allí, como en un establo, porque no hay posada para él.

Cactus de porte colgante con largos y anchos tallos,
planos o triangulares verdes con los márgenes dentados
que a simple vista parecen hojas,
sobre el manto verde de las praderas de mi Buen Pastor
quiero florecer mirando a mi Salvador, Amor de todo amor.

Y así brota la pluma de Santa Teresa como preciosas flores
a veces de forma de trompeta, otras de forma de estrella
y otras formas caprichosas con muchos pétalos
que pueden ser de color blanco, amarillo, naranja, rojo o rosa.

Quisiera ser como la pluma de Santa Teresa que guiada por su mano vaya escribiendo en el libro de la vida
cantos blancos de la pureza de mi alma,
cantos amarillos que expresen mi alegría por vivir el Evangelio, cantos naranjas de entusiasmo y exaltación para evangelizar,
cantos rojos de pasión de amor porque si falta el amor todo muere,
y cantos rosas con blanco de resurrección
que pasa por el rojo del martirio en cruz.

En algunas especies la flor se abre por la noche
y desprenden un perfume exquisito e intenso,
qué belleza despertar a media noche para orar
y unir mi corazón al corazón de Dios,
cuando todo calla en el silencio de la noche y habla Dios. Amén.
 
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial sin permiso del autor. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación y con el nombre del autor.
 
 

 

ORACIÓN: "Quiero ser como el mar".

 
QUIERO SER
COMO EL MAR

El mar, tan amado y tan querido por los navegantes y marineros,
por los buscadores de tesoros y de nuevos mundos,...
por aquellos que se quedan admirados del mundo submarino,
por los pescadores y los que viven del mar,
por los bañistas y los que les gusta tomar el sol en sus orillas.

El mar, fuente de inspiración para el místico contemplativo,
en su profundidad es relajante, encuentra calma y armonía,
en la superficie, a veces amenazador con sus tempestades;
«rema mar adentro», dijo Jesús a Pedro y me lo dice a mí día a día, porque mar adentro hay más profundidad, mayor visión y amplitud, y mayor lejanía de la orilla de este mundo.

«Os haré pescadores de hombres»,
me dice Jesús cada día, a mí y a todo cristiano,
métete en el mar de la vida y lanza la red,
esto es evangelizar a tiempo y a destiempo,
y «¡ay de mí, si no anunciaré el Evangelio!».

Quiero ser como el mar,
en la superficie hay oleaje y a veces tempestad,
pero en la profundidad hay calma y sosiego;
en la superficie de la vida hay problemas y dificultades,
pero en mi interior encuentro calma y tranquilidad,
porque la oración es descenso a las profundidades de mi ser,
hasta descubrir la presencia de Dios que todo lo equilibra,
ordenando la vida y dándome la luz interior que tanto necesito.

Quiero ser como el mar porque sus aguas son saladas
y yo soy llamado a ser «sal de la tierra»;
la sal da sabor a la comida y hay que echarla en su justa medida,
si se echa poca, la comida está insípida,
si se echa mucha, no hay quien la coma,
así he de anunciar el Evangelio,
siempre desde el tacto y la delicadeza pero con la fuerza de la verdad, proponiéndolo, no Imponiéndolo, esperando ser acogido en el corazón,
en el tiempo y en los mares de Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
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ORACIÓN: "Quiero ser como un naranjo"


 
QUIERO SER
COMO UN NARANJO

Campos de naranjos en flor de azahar
que perfuman con su fragancia de forma delicada ...
y luego se llenan de frutos a rebosar en círculos naranjas
sobre el verde vivo e intenso de las hojas,
árbol que se levanta alcanzando alrededor de los diez metros,
así puede ser cada cristiano que desprende su aroma de santidad
y puede dar frutos de humildad, generosidad, misericordia,
perdón, paz, amor y muchos otros más.

Sobre el tronco erguido y cilíndrico,
verdoso en su juventud y grisáceo en su ancianidad,
sobre copa grande, redonda o piramidal se levanta
aquella belleza atractiva donde de un solo árbol adulto
pueden colgar de trescientas a quinientas naranjas,
porque Jesús «ha venido a traer vida y vida en abundancia»,
y yo soy sus manos para llevarlo a cabo, solo quiero dar vida.

Su flor pequeña de cinco pétalos blancos
muy carnosos y con aroma espectacular,
y frutos amargos o dulces en una gran variedad que maduran
entre comienzos de invierno e inicio de la primavera,
flor pequeña, soy pobre pero con blanco de pureza y resurrección,
mi vida a veces es amarga y a veces dulce,
pero con Cristo siempre llevo aroma de santidad.

«Por sus frutos los conoceréis», nos dice Jesús,
al quitar la cáscara aparecen los gajos,
también de mi vida debo quitar la cáscara
y quedarme con lo esencial, lo que es más jugoso para darlo a conocer, oración, espiritualidad, caridad, fe y esperanza,
la naranja rica en vitamina C se come,
es la sabiduría divina que el Señor me transmite
en mi intimidad con él.

Quiero ser como un naranjo que da fruto
de entusiasmo y exaltación; de fuerza y energía;
de alegría y creatividad; amistad, vida, fraternidad. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN "Quiero ser como una cascada de agua"

QUIERO SER
COMO UNA CASCADA DE AGUA

Y dijo la voz del Maestro:
«Si alguno tiene sed, venga a mí y beba, ...
y de su seno correrán ríos de agua viva»,
es el agua del Espíritu Santo que baja a nuestro interior
en cascadas de amor.

Jesús gritó en la cruz «Tengo sed»,
tenía sed de agua,
pero sobre todo sed de que todo ser humano
tenga sed de Dios.

Si, mi Señor, tengo sed de ti,
en el día y en la noche,
cuando me acuesto y me levanto,
cuando duermo y cuando me despierto,
te busco «como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a Ti, Dios mío»,
«tengo sed de Ti como tierra reseca, agostada, sin agua».

Cascadas de agua corren por el paisaje de mi interior,
entre la rica vegetación y los frutos de fe, esperanza y caridad, cascadas de agua limpia, transparente, cristalina,
para dar de beber a los sedientos en un día de bochornoso calor.

Es la sed espiritual del corazón humano
que no será saciado hasta que beba del agua del costado de Cristo, agua bautismal y agua espiritual,
agua que corre en cascadas de amor incesante
en aquellos que han unido su corazón con el corazón de Cristo.

Quiero ser como una cascada de agua,
agua que da de beber a los sedientos,
a los pobres, enfermos y necesitados,
Inmigrantes y desfavorecidos,
marginados y rechazados,
y a todos los sedientos de Dios,
por tu gran amor, mi Señor. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
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ORACIÓN: "Quiero ser como el Jardín del Edén"



QUIERO SER
COMO EL JARDÍN DEL EDÉN

Puso Dios a Adán y Eva en el Jardín del Edén,
en medio de una sorprendente belleza natural, ...
entre hermosa vegetación,
robustos árboles, flores de mil colores,
cascadas de agua, manantiales, ríos,
toda la creación bendecía al Señor.

Adán y Eva disfrutaban de Dios,
vivían en comunión entre ellos,
Comunión con Dios y con la naturaleza,
se respiraba un aire puro
que llenaban los pulmones del amor de Dios,
armonía, paz y alegría reinaba en sus corazones.

Podían comer de todos los frutos de los árboles
menos del árbol de la ciencia del bien y del mal,
solo Dios puede decirme lo que está bien y lo que está mal,
y hoy me lo dice con los Díez mandamientos,
el Evangelio y el Magisterio de la Iglesia,
solo basta ser humilde y obediente.

El secreto está en dejarse amar por Dios en lo profundo del corazón, entonces de forma natural brota amar a Dios sobre todas las cosas,
si la creación es bella, mayor es la belleza del Creador,
si Dios vio que todo era bueno, mayor es su bondad.

Contempla una pequeña flor, un árbol,
un río, una montaña, todo es belleza,
por eso puedo cantar con el salmista
cuando contemplo el cielo, las estrellas y la inmensidad del mar: «Señor, Dios nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!».

Quiero ser como el Jardín del Edén,
ser un contemplativo de Dios y de la naturaleza,
contemplativo de todo lo que acontece en este mundo
para mirar y amar con el mismo amor de Cristo, mi Señor. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN: "Quiero ser como la flor del ave del paraíso"

QUIERO SER
COMO LA FLOR DEL AVE DEL PARAÍSO
 


 Flor ave del paraíso, flor del pájaro, flor de la grúa,
flor pájaro de fuego, flor pico de gallo es llamada está flor exótica, misteriosa, llena de encanto y belleza ...
que podemos verla en el jardín del Edén
por donde se paseaba Adán y Eva
y a la brisa de la tarde Dios
salía a su encuentro en este paraje Idílico.

Flor que me lleva a la creación del primer hombre
creado a imagen y semejanza de Dios,
como soy yo en el paraíso de esta vida
cuando escucho los pasos de Dios y presiento su presencia,
viviendo en comunión con Él, Santa Trinidad,
siendo como esta flor de azul misericordioso del Padre,
naranja de la vida del Hijo amado
y verde del Espíritu Santo que me rejuvenece.

Flor que se abre como en abanico,
adoptando una forma parecida a la de un ave exótico o tropical
que consta de tres petalos azul violáceo,
porque la misericordia la recibo
para caminar tras los pasos de Dios.

Flor de tallos largos de hasta un metro
en cuyo extremo hay una hoja lanceolada de color verde gris,
de casi medio metro, con el nervio central muy marcado,
pero en algunas especies llegan a alcanzar casi dos metros
y dispuestas como un ventilador en la parte superior de los tallos.

La lanza que atravesó el costado de Cristo
cuyo nervio central era el amor hasta el extremo
nos dio agua y sangre, el sagrado bautismo y la sagrada eucaristía, la Iglesia, misterio de comunión para la misión,
así vivo en constante misión de amor
como flor en espera de que un día Jesús me diga
«hoy estarás conmigo en el Paraíso»,
en libertad y belleza. Amén.
 

 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN: "Quiero ser como un lirio del campo".


QUIERO SER
COMO UN LIRIO DEL CAMPO
 


 De todas las flores existentes destaca el lirio
pronunciado por los labios de Jesús, ...
¿qué vería en ella nuestro Señor y qué puedo ver yo?

«Observar los lirios del campo, cómo crecen;
no se fatigan ni hilan.
Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria,
se vistió como uno de ellos.
Pues si a la hierba del campo,
que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste,
¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?».

Los lirios crecen de forma silvestre por todas partes,
absorbiendo el sol, el aire y la humedad,
no tienen que trabajar para ellos mismos;
viviendo el momento presente,
abandonados en Dios y su misericordia,
Cristo calienta nuestro corazón en su amor,
nos dejamos llevar por el aire del Espíritu,
y la humildad nos hace creer en la providencia.

Dios me da la gracia para vivir el momento presente,
a mayores dificultades mayor gracia
porque Dios nunca abandona a sus hijos,
somos nosotros los que podemos abandonarle a Él,
si aprendiéramos a hacer siempre su voluntad…

De muchos colores se visten los lirios del campo:
lirios blancos de inocencia y pureza;
lirios amarillos de alegría, lealtad y felicidad;
lirios naranjas que expresan energía, creatividad y positivismo;
lirios rojos, reflejo de la pasión de amor;
lirios rosas de la bondad, ternura y juventud.

Por eso quiero ser como un lirio del campo, libre, hijo de Dios,
que anime el paisaje de la vida de muchas personas
y no me falten las virtudes de un buen discípulo de Jesús. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN: "Quiero ser como una flor de peonía".

 
QUIERO SER
COMO UNA FLOR PEONÍA
 


 Contempla una flor que enamora, no solo por su color y su forma,
sino por la intensa fragancia que desprende al abrirse ...
y el movimiento natural y sereno que tienen sus pétalos al abrir, verdadero espectáculo que merece la pena observar.

Así mi corazón quiere abrirse cada día a Cristo
que llama a mi puerta,
para cenar conmigo una cena que recrea y enamora,
desprendiendo la fragancia y el perfume
de un amor místico de profunda intimidad,
la experiencia de Dios en el encuentro me lleva
a invitar a otros a que abran la puerta del corazón
para no quedar vacíos sino llenos de la presencia divina.

Entre hojas de color verde clara, verde oscuro o plateadas
brotan estas flores solitarias de formas simples, semi-dobles o dobles, de cinco a diez pétalos de diversos colores
como blanco, amarillo, rosa pálido, rosa fucsia y rojo vivo.

Cinco son los dedos de la mano,
con ellos podemos escribir los diez mandamientos en el corazón,
desde el deseo amarillo, pasando por el rosa del amor entregado
en los esponsales con Cristo hasta llegar al rojo vivo del martirio
y alcanzar el blanco de la resurrección.

El trabajo por el Reino se duplica,
que no me quede en mi confort o comodidad,
sino en un trabajo constante, de día y de noche,
escuchando en la oración, tendiendo la mano al necesitado, mostrando los caminos de la vida y la salvación.

Flores que desaparecen en invierno y reaparecen en la primavera,
cuyo simbolismo se asocia al amor, la felicidad y la belleza,
es una de las flores favoritas de las novias,
sí, quiero ser como una peonía, recogerme para luego darme, interiorizar para actuar, callar para hablar
en mis esponsales místicos con Cristo. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN: "Quiero ser como el jazmín"

QUIERO SER
COMO EL JAZMÍN
 

 

 No creó Dios una sola especie de jazmín sino muchas,
porque Dios da vida y muestra vida de mil formas, ...
a mí también me ha dado la vida
pero mi vida es misterio y distinta a la de los demás,
y sin embargo es Cristo quien une en un solo corazón
a todos los que participamos de su vida.

Y creó Dios el jazmín como planta trepadora de jardín
que adorna la pared o el muro sobre el que se apoya,
así la fe cristiana se va extendiendo por contagio,
por toda la tierra se van dando conversiones,
y yo transmito lo que vivo, mí vida es Cristo.

Son flores comúnmente blancas, pero también amarillas o rojizas,
flores que sobre el verde de las hojas son destellos de resurrección, Impulsos de vida o muestras de verdadero amor.

Flor de cinco pétalos y dos estambres unidos al tubo de la corola,
me recuerda el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, bastaron cinco panes y dos peces para hacer el milagro,
así como el jazmín se va extendiendo y embelleciendo
para atraer nuestra mirada como verdadero milagro
de la belleza de Dios en su creación.

La intensa fragancia que exhala desprende un aroma muy dulce,
a la puesta de sol su aroma se hace más intenso,
al atardecer de la vida me examinarán del amor,
la santidad es el aroma de Dios y eso quiero ser yo.

El jazmín necesita varias horas de luz diaria para poder florecer,
también yo necesito la luz de Cristo para florecer,
para transmitir paz, alegría, serenidad.

Quiero ser como el jazmín que muestra su belleza,
quisiera mostrar la belleza de Cristo,
su pureza de amor y amabilidad, tener autenticidad,
dulzura y ternura en el trato con los demás y con Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial sin permiso del autor. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación y con el nombre del autor.

ORACIÓN: "Quiero ser como una flor de nardo"




QUIERO SER
COMO UNA FLOR DE NARDO

Era impresionante, aquella mujer pecadora
lavaba los pies de Jesús con sus lágrimas ...
y luego le untaba un perfume de nardos, que era carísimo,
toda la habitación se llenó de un aroma embriagador.

Más fuerte que aquel perfume
era el aroma de santidad que irradiaba el Maestro,
el Señor estaba santificando a esa mujer
y nos santifica a nosotros sí nos acercamos a él
humildemente y le suplicamos su amor.

Desde entonces la flor de nardo
ha sido muy querida por la comunidad cristiana,
al mismo San José se le representa
con una vara de nardo o azucena,
por eso también el nardo recibe el nombre de «vara de San José».

Crece el nardo en alargadas espigas
que producen racimos de fragantes flores de color blanco o pálido rosa, con sus brillantes hojas verdes apropiadas
en la base de la planta y hojas más pequeñas a lo largo del tallo.

Quiero ser como la flor de nardo
que triturada da refrescante perfume,
yo también triturado por todo lo contrario al Evangelio
puedo ser aroma de santidad y fortaleza en el Señor.

Quiero ser como una flor de nardo
que recuerda a la mujer pecadora a los pies de Jesús,
yo también soy pecador
y quisiera untar los pies del Maestro con lo mejor de mí mismo.

Quiero ser, Cristo Jesús, como flor de nardo,
blanco de esperanza de resurrección, pero humilde como el justo José,
nardo cuyas hojas verdes son un canto de esperanza
porque a los pies del Maestro
la vida se llena de gracia y santidad. Amén.



(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial sin permiso del autor. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación y con el nombre del autor.

domingo, 15 de julio de 2018

ORACIÓN: Quiero ser como la flor del agapanto

 
QUIERO SER
COMO LA FLOR DE AGAPANTO

Flor del amor o corona del rey o lirio africano
que florece majestuosamente a finales de primavera o en verano después de dos o tres años de espera, ...
sobre sus largas varas de metro o metro y medio
aparecen flores espectaculares de color morado o blancas,
reunidas en umbelas de veinte a treinta flores.

Hay que prepararse, que formarse en la escuela de Jesús y de María,
y esperar a que la vida florezca,
y realizarlo en grupo, en comunidad, en fraternidad
hasta que el amor sea cultivado
como corona para nuestro Rey y Señor, Cristo.

Nuestras flores de obras de amor y misericordia
colocadas sobre largas varas para atraer a los demás,
para ser como luz resplandeciente que cautiva al corazón humano.

De color morado, penitencial,
porque el amor cristiano es amor sacrificado
y la penitencia nos ayuda a adquirir la virtud
sobre todo de una mayor fe, esperanza y caridad,
virtudes que sostienen la vida cristiana;
o de color blanco de resurrección o de pureza de corazón,
limpiando cada día el corazón nos hacemos bienaventurados
para ver a Dios y descubrir su presencia o ausencia.

Sus hojas lineales de unos treinta centímetros de longitud
son robustas y encorvadas hacia abajo, de un color verde intenso,
Inclinando nuestra cabeza ante nuestro Rey
cuando somos bendecidos, en gesto de humildad y pobreza ante él, para servirle como la Virgen María que se hizo la «esclava del Señor».

Por eso quiero ser como el agapanto
que con sus seis pétalos es un verdadero amante del sol,
y necesita otros seis pétalos para formar la Iglesia
que procede de los doce apóstoles que adoran al único Sol, Cristo, siempre en misión apostólica, siendo discípulos misioneros. Amén.
 
 

(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN: Quiero ser como un fuerte drago

 
 
QUIERO SER
COMO UN FUERTE DRAGO

Es admirable y sorprendente la fuerza de un drago milenario,
que pueden alcanzar desde los cien a seiscientos metros de altura, imponente, sin palabras ante la fuerza de la creación....

¿De dónde le viene esa grandeza y fortaleza?
De sus profundas y grandes raíces, y de su savia,
¿y de dónde viene la fuerza de un discípulo de Jesús?
De nuestra debilidad, nos dice San Pablo:
«Estoy contento y presumo de mi debilidad
porque cuando soy débil, entonces soy fuerte».

Señor, quiero ser fuerte, unido a ti en la oración
que echa raíces profundas a mi vida,
para que cuando vengan vendavales
el árbol de la fe se mantenga firme, levantado, erguido,
corra por mis venas la savia de tu amor,
tu misma sangre derramada sea mi sangre,
savia que al contacto con el aire se vuelve de color rojo "savia de drago" como el cristiano al contacto con el mundo
que su vida se hace amor sacrificado.

Tallo del drago, único, liso en la juventud,
se vuelve rugoso con la edad,
es coronado con una densa copa en forma de paraguas
con gruesas hojas de más de medio metro de longitud,
y me quedo admirado por lo que me habla de Dios.

Un solo tallo, con un solo corazón y un solo espíritu
en el misterio de comunión que es la Iglesia,
en la eterna juventud que nos infunde el Santo Espíritu,
pero tallo rugoso fornido con la historia de tantos mártires,
testigos, misioneros, místicos y santos.

Sus flores de color blancas surgen en racimos terminales,
todas las obras buenas son flores de resurrección,
de vida en abundancia que nos alienta en el camino,
porque con Cristo todo resucita. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
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ORACIÓN: Quiero ser como la flor del Pacífico

 
QUIERO SER
COMO LA FLOR DEL PACÍFICO

El hibisco, flor del Mar Pacífico, flor del beso,
con forma de embudo rojo escarlata en forma de trompeta, ...
pero también de muchos otros colores y algunas semidobles,
de todas ellas salen largos estambres con antenas amarillas.

Que mi beso, Señor, nunca sea de traición, como el de Judas,
sino como cada Jueves Santo que beso los pies de mis hermanos
como signo de humilde servicio y disponibilidad,
qué belleza la flor semidoble que me hace creer en la fraternidad, trabajar por un mundo más fraternal y humano,
e ir a anunciar el Evangelio de dos en dos
con un mismo entusiasmo y dedicación.

Quiero ser como la flor roja del Pacífico, es pasión de amor,
Cristo vivió su pasión por amor
y yo también quiero dar la vida por amor,
sus largos estambres como antenas amarillas
es llamada para estar atento a las necesidades de los demás,
y, ¡hay tantas necesidades materiales y espirituales!

Flores que brotan con cinco pétalos,
como los cinco panes que ofreció aquel muchacho
y gracias a él y la intervención de Jesús, mi Señor,
se produjo el misterioso milagro de la multiplicación
de los panes y los peces, anticipo de la Santa Eucaristía.

Flores que solo aguantan un día,
aunque la floración es continua durante todo el año,
quiero hacer de mi vida una flor eucarística,
participando cada día de la mesa del Señor,
del Pan que contiene en sí todo deleite.

Quiero ser como estas flores hermosas,
símbolo del bienestar, la abundancia y la alegría,
porque sin amor a la Eucaristía la vida no florece,
Cristo es el Pan de la vida eterna,
«Señor, dame de ese Pan». Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
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ORACIÓN: Quiero ser como el árbol flamboyán.

 
QUIERO SER
COMO EL ÁRBOL FLAMBOYÁN

La primera vez que contemplé este árbol
conocido como el «árbol de la llama» ...
fue en Tierra Santa, en Galilea cerca del lago Tiberiades,
me quedé sorprendido y pregunte al guía por su nombre,
siempre me ha cautivado la belleza de este árbol
que me hablaba de Dios.

Su ritmo de crecimiento más de medio metro al año
es una llamada a madurar, a crecer espiritualmente,
a no pararnos, a avanzar, en el dinamismo de la santidad de vida.

«Árbol de la llama» porque es fuego de amor
lo que debe habitar en el corazón de todo cristiano,
con sus flores de cuatro pétalos rojos
para que no olvidemos de cultivar
la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.

Y un quinto pétalo más largo manchado de amarillo y blanco
porque sin Cristo nuestra vida languidece, perece,
por eso aparece el amarillo,
color de la alegría para quien vive el Evangelio
y color blanco para participar de la gloria de la Resurrección.

Flores que brotan en primavera
así como la caridad debe brotar en el cristiano
en todo momento y lugar,
rejuveneciéndolo en su comunión con Cristo,
así ese estallido de flores rojas sobre el verde brillante de sus hojas.

Hojas que nos recuerdan a pequeños helechos,
verde de la savia del Espíritu Santo
que da vida a a los pequeños acontecimientos de nuestra vida,
que todo sea movido por el Espíritu Santo, que todo sea ungido.

Sí, Cristo quiero ser como el árbol flamboyán
en todo su esplendor y disfrutar de su sombra
para orar y contemplar qué grande es mi Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
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ORACIÓN: Quiero ser como la jacaranda

 
QUIERO SER
COMO EL JACARANDA

Entre troncos retorcido con sus ramas también retorcidas
se derrama todo un campo de color azul violáceo ...
cuando las ramas florecen como si fuera de un cuento de hadas
que nos deja embelesados y admirados, así es el jacaranda.

Cuando la bella flor cae al suelo
forma con todas las demás flores caídas
una alfombra para un paseo encantador y misterioso
que habla de cuánto amor derramó nuestro Señor Jesucristo.

Dos veces al año florece el jacaranda, en otoño y en primavera,
como un grito de que Cristo
viene a nacer de nuevo en nuestro corazón
y que debemos preparar nuestro corazón,
y en la primavera, donde Cristo resucita,
y todas las comunidades cristianas
están llamadas a florecer y celebrar la alegría de la Resurrección..

En Adviento y Cuaresma la liturgia se embellece con el color morado, pero también con la llamada espiritual
a la alegría, esperanza y conversión,
así el jacaranda explosiona en flores de azul violáceo
donde el alma se queda impresionada y admirada.

En el punto más álgido, como una sinfonía de Dios
florece el jacaranda con su belleza
que transmite paz, alegría y amor,
es como un sueño de Dios
del que yo formo parte dentro de su creación.

Quiero ser como el jacaranda, más bien siempre florecido,
con flores de humildad, generosidad, solidaridad,
amabilidad, servicialidad, cultivando la oración,
el amor a los pobres, a los enfermos y desamparados,
a los ancianos que padecen la soledad,
con mis ramas que se retuercen hacia quien me necesita
para que conozca el amor y la gloria de Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
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ORACION: Quiero ser como el Monte Sinaí

 
 
QUIERO SER
COMO EL MONTE SINAÍ

Subir a media noche al Monte Sinaí,
con cielo estrellado como ciclón de estrellas, en plena oscuridad, subido en camello hasta la mitad del monte, ...
y luego andando hasta llegar a la cima,
y ver salir el sol en un nuevo amanecer
es una experiencia inolvidable.

Miles de peregrinos suben al Sinaí,
y algunos más de una vez
para vivenciar la grandiosidad de aquel monte
que habla de una historia de liberación,
de un profeta, legislador y líder espiritual, Moisés.

Allí Moisés estuvo sus cuarenta días con sus cuarenta noches,
allí recibió las tablas de la Ley de Dios,
que si fueron grabadas en piedra
Moisés las llevaba en su corazón;
siempre resonará como un eco en la montaña
«Amarás a Dios sobre todas las cosas»,
sin olvidar esa voz divina que nos dice:
«Yo te amo y espero que me ames».

Bajó Moisés con su rostro resplandeciente
y el pueblo vio en él la luz de Dios,
si el salmo dice «Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro», en el rostro de Moisés ya estaba el rostro de Cristo
porque Cristo es el nuevo Moisés,
en mi rostro quisiera que siempre resplandeciera el rostro de Cristo,
su mirada de amor y misericordia,
y que también mis labios griten con fuerza:
«Busco tu rostro, mi Señor».

Quiero ser como el monte Sinaí,
monte encendido testigo de cómo el fuego del Espíritu
grababa en tablas de piedra los mandamientos de Dios,
que siempre queden grabados en mi corazón de carne
la Ley de Dios y siempre sea fiel a su voluntad. Amén.
 
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
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ORACIÓN: Quiero ser como la primavera

 
 
QUIERO SER
COMO LA PRIMAVERA

Estallido de luz y de vida,
los campos se llenan de verde hierba ...
y aparece la floración con flores de mil colores,
el paisaje recupera su belleza,
los olores despiertan porque ha llegado la primavera.

La primavera evoca alegría, juventud y vida,
Dios infunde vida en su creación,
la flora renace y recupera su esplendor.

La vida cristiana tiene también su primavera,
cuando se ha dado la iniciación
con el bautismo, la eucaristía y la confirmación,
llegando a ser discípulo, testigo y apóstol del Señor.

Cuando se cultivan los dones y carismas
para ponerlos al servicio de los demás
llega la primavera y la felicidad;
cuando todo se vive en comunidad y fraternidad
llega la primavera y la felicidad.

¡Oh santa primavera de la vida cristiana
que crea santos, mártires y confesores de la fe!

¡Oh santa primavera de la vida cristiana
donde la Iglesia se siente más Iglesia,
el cristiano más hermano, siervo y amigo,
porque el que es de Cristo es una criatura nueva,
lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado!

Quiero ser como la primavera
para llenar todo de flor y color,
de olor de santidad,
llevar la luz del Evangelio, la paz y la justicia del Reino,
tender la mano al que sufre y al que desea la conversión.

Quiero ser como la primavera que refleja el amor de Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
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ORACIÓN: Quiero ser como el invierno

 
 
QUIERO SER
COMO EL INVIERNO

Llegaron el frío y las lluvias,
tras el cristal de la ventana puede observarse ...
el caminar de la gente con sus chaquetones y paraguas,
la lluvia cae con más o menos fuerza,
algunos días descansa para lucirse el sol,
ha llegado el invierno.

Hay también un invierno espiritual,
donde el corazón se enfría y a veces parece que hasta se congela,
se recluye uno en sí mismo y todo se paraliza,
necesitaría uno la lluvia abundante del Espíritu Santo
para que derrita el paisaje nevado de mi propio ser.

Cuando todo se paraliza parece que todo perece,
se enfría la vida de oración,
pero también la generosidad, la solidaridad, el clima fraterno,
y cómo no las virtudes que permiten tener el edificio levantado,
la fe, la esperanza y la caridad languidecen.

Paisajes nevados,
árboles secos a no ser que sus hojas sean perennes,
tormentas con sus rayos y truenos
donde todo el corazón se agita hasta que vuelve la calma
aunque aparezca el sinsabor de la vida.

Pero también, Dios mío, todo esto pasa,
todo es pasajero y relativo porque tú eres lo único absoluto,
tú eres el amor que permanece, la verdad que perdura,
la paz del alma y el silencio de la oración me ayudan a atravesar
las frías heladas de los inviernos que pasan.

Quiero ser como el invierno,
el invierno que pasa porque tú Cristo permanece
y siempre estás conmigo como Sol que enjugas mis lágrimas,
das calor de amor a lo que perece
para levantarme y abrazarme. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
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ORACIÓN: Quiero ser como el otoño

 
 
QUIERO SER
COMO EL OTOÑO

Impresiona un atardecer a la puesta de sol
y una avenida de altos y fuertes árboles ...
cuyas hojas verdes se tornan marrones hasta caer al suelo
y hacer una alfombra porque ha llegado el otoño.

Pasear por esa avenida en la soledad o acompañado,
pero meditando y escuchando
la voz de Jesús en el silencio de la tarde,
descalzo y pisando la alfombra de la humildad,
junto a Jesús que camina a mi lado,
como en cada tarde, como en todo tiempo y lugar.

El otoño es tiempo de añoranza,
se espera al Salvador,
por eso nos visita el Adviento
porque el Señor llega y toda la Iglesia se prepara
con el canto, la oración y la conversión.

En el otoño nos preparamos para la llegada de la Navidad,
y cultivamos alegría, paciencia, esperanza
y constancia en la oración, con el grito: «¡Ven, Señor Jesús!».

En el otoño muchos árboles
quedan pelados al desprenderse sus hojas,
quiero ser desprendido de todo lo que ya no tenga
la savia del Espíritu,
para renovarme y que broten nuevos tallos,
nuevas ramas, nuevas hojas, nuevas flores y nuevos frutos.

Quiero ser como el otoño,
tiempo de maduración y culminación,
de sembrar y soltar la semilla
de lo que dará fruto el próximo año,
sembrar la semilla del Evangelio
en los corazones que lo acogen,
en los que vacían su corazón para llenarse de Dios. Amén.
 
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
 
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