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martes, 30 de mayo de 2017

XVI JORNADA DIOCESANA DE ESPIRITUALIDAD: La espiritualidad del laico.

 
 
 
 
 
XVI JORNADA DIOCESANA DE ESPIRITUALIDAD

Como viene siendo habitual, la víspera del domingo de la Santísima Trinidad, día de la Jornada “pro Oránti...bus”, celebra la Iglesia Diocesana la Jornada de Espiritualidad, con el lema “La espiritualidad del laico. Caminar por las calles de la vida junto a Cristo”. Este año tendrá lugar en el Monasterio Jesús, María y José, de Medina Sidonia.
Es un día en que nos unimos a las Monjas de Clausura para orar por la Iglesia y por todo el mundo, tratando de avivar la fe con la fuerza de la oración, para que miembros de los distintos Grupos y Movimientos de Oración, Catequistas y todos los que estamos implicados en la acción pastoral de la Iglesia, recemos para que, unidos por la misma fe y por el mismo Espíritu, sepamos transmitir el mensaje de amor y esperanza que Jesús vino a traer al mundo.
Esperamos vuestra participación y apoyo en un momento en que tanto necesita la Iglesia de nuestras oraciones.

ORACIÓN: "Sólo puedo darte gracias, Cristo Resucitado".



SOLO PUEDO DARTE GRACIAS,
CRISTO RESUCITADO

Belleza sin igual, 
Pastor Hermoso, 
Amor de los amores, 
Amor de todo amor, 
eres tú, Cristo Resucitado.

Señor de los señores, 
Manantial de agua viva, 
Fuente inagotable de amor, 
Maestro de la Paz, 
eres tú, Cristo Resucitado.

Vivo en ti y para ti, 
qué sería de mí sin ti, 
qué sería de mí sin la fe, la esperanza y la caridad, 
moriría en el abismo del sin sentido de mi vida.

Por eso solo puedo darte gracias, Cristo Resucitado, 
porque ya en el seno de mi madre me llamaste, 
me escogiste y me elegiste, 
para ser luz y sal de la tierra, 
transparencia de ti, Buen Pastor.

Solo puedo agradecerte tanto amor derramado en mí, 
por darme tu casa como hogar, 
morada de la Santísima Trinidad en cuyo corazón está María, 
mi Madre y nuestra Madre, 
bajo su manto descanso cada día 
o en sus brazos de Madre al finalidad el día 
porque todo ya está cumplido.

Gracias, Cristo Resucitado, 
porque puedo contemplar tu rostro, 
tu mirada amorosa y misericordiosa, 
tu amor incesante que sostiene mi vida.

Tú, Cristo, eres crucificado en los enfermos, 
en los pobres, en los indigentes, 
en los pecadores, en los marginados y rechazados, 
en los que nadie quiere, en ellos te haces presente 
y quieres resucitarlos a través de mi configuración contigo, 
a través de mis manos que se extienden hacia las suyas 
para ser levantados, dignificados, amados.

Tú, Cristo Resucitado, eres mi vida, 
sin ti qué podría hacer, 
sin ti me muero sin alma, sin tierra, sin hogar, 
contigo toco el cielo y puedo abrazarte y dejarme abrazar 
porque eres mi Redentor y Salvador, el todo de mi vida. Amén.
(Pbro Lázaro Albar)

domingo, 21 de mayo de 2017

ORACIÓN: "Tu amor me sorprende, Dios mío"

 

 TU AMOR ME SORPRENDE,
DIOS MÍO

Señor, tú eres amor,
tu amor es un baño de misericordia para la humanidad,
cuando el cielo de nuestra vida se oscurece
tu amor es una estrella luminosa en nuestra noche,
cuánto amor hay en nuestro dolor,
cuánta vida en nuestra muerte.

Al contemplar la fuerza de tu amor,
veo mi debilidad, mi barro entre tus manos
y cómo el soplo de tu Espíritu me fortalece,
unido a ti valgo lo que amo,
solo el amor tiene palabra de vida,
solo el amor construye la ciudad de Dios,
solo el amor toca el cielo
y hace de nuestra tierra un trozo de cielo.

Cristo en mí, ama con mi corazón,
los sentimientos y emociones en gestos sencillos de generosidad,
bondad, ternura, humildad,
del que todo lo da porque el amor
es servicio y entrega a los más pobres,
a los que sufren, al enfermo y al pecador,
al ciego que no ve porque todavía no se ha encontrado contigo,
mi Señor, médico de nuestras almas.

Cuando el mundo se aleja de ti,
cuando tus sacramentos no son valorados,
cuando la gracia se pierde,
nuestra casa está en ruinas,
solo tú puedes abrazarnos y levantarnos,
hacernos Iglesia, hogar de santidad, templo de Dios,
y recuperar la belleza de quién vive en intimidad contigo,
en comunión porque tú te das como alimento
para ser comido y así quién te come vivirá por ti.

¡Cuánta belleza!
¡Qué ilusión soñar tu sueño,
ser lo que tú quieres que yo sea,
en fidelidad y perseverancia a tu proyecto,
en intimidad contigo en mi noche
porque sé que siempre estás ahí,
dentro de mí habitándome,
aunque los demás no comprendan ni vivan
lo que yo vivo en tu misterio de amor que me sobrepasa.

¡Gracias, mi Señor,
porque puedo contar contigo por toda la eternidad!
 
(Pbro. Lázaro Albar)