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jueves, 23 de octubre de 2014

RESEÑA XXII ENCUENTRO DIOCESANO DE ORACION

RESEÑA XXII ENCUENTRO DIOCESANO DE ORACIÓN
19 octubre 2.014, Campano

Algo más de 150 personas de toda la Diócesis de Cádiz y Ceuta nos reunimos para orar de distintos lugares, comunidades, parroquias, movimientos, asociaciones con el lema «Santa Teresa, Maestra de Oración» con motivo del año jubilar y quinto centenario de la Santa. Después del rezo de Laudes en los jardines de la Casa de la Duquesa, uniéndonos a la oración de toda la Iglesia, marchamos en procesión atravesando el puente de madera presididos por la Santa Biblia hasta el oratorio en el piso alto, porque las cosas de Dios son en el piso alto como donde se encontraba el Cenáculo. Allí expusimos el Santísimo envuelto en la belleza del rostro de María, más abajo Santa Teresa con su pluma y tintero como escritora y Doctora de la Iglesia, el cuadro del Jesús orante y contemplativo, símbolo representativo del Secretariado Diocesano de Grupos de Oración. Y cómo no, al otro lado del rostro de María, la Palabra, que María guardaba en su corazón. Flores blancas y velas encendidas nos hablaban de Resurrección, luz y vida.
Resplandecía el Santísimo en la custodia como Sol que ilumina nuestros corazones para ser adorado. Comenzamos a dar los siete modos de orar según Santa Teresa intercalando cantos con la letra de Santa Teresa: 1. ¿Qué es orar?; 2. Antes de empezar; 3. Entrando en la oración; 4. Más adentro; 5. Algo se mueve; 6. Y¿después?; 7.La huella del orar. Transcribo el modo seis llevado por mí:


VI. Y ¿DESPUÉS?

Y después de la oración, ¿qué? Después lo mejor. Dios es el que sabe. Emanen los manantiales del corazón de Dios hasta la tierra de tu corazón, el agua de la vida corra hacia ti, necesitas el agua del Espíritu, necesitas vida espiritual. Como una flor se abre y desprende su perfume, así abre tu corazón y desprende tu perfume de alegría y amor.
Tú eres pobre y muy débil. ¿No es así? Cuando te has sentido fuerte, cuando podías con todo, te ocurría algo y todo se venía abajo. Entrabas en el misterio del dolor. Que distinto es entrar en el misterio del dolor en la sola soledad que en la soledad con Cristo, como hacía Santa Teresa que contemplaba la humanidad de Cristo. Qué impresionante era contemplarlo atado a la columna, flagelándolo el verdugo. «Mira que te mira», decía Teresa. Mira el amor de Jesús hacia ti, nadie en este mundo te ha amado tanto. Deja que él te encienda en su amor. Lo que necesitas es su amor.
La vida te sorprende, de pronto el paisaje de tu vida es brillante, como una hermosa primavera con hermosos manantiales que te hacen vibrar de alegría. Con frecuencia, la oración es tiempo de paz, de alegría interior, de luz... Pero no siempre. Tu momento personal, tu situación, el cuestionamiento que encuentras en la oración... hacen que los sentimientos que nacen en la oración sean siempre distintos. Pasas muy pronto de un paisaje maravilloso a un paisaje árido, invernal, de verdadero frío interior, donde el corazón se enfrío, no sabes, no comprendes, pero él está ahí, amándote. Cristo solo sabe amarte, también en el dolor. ¿Percibes su presencia?
No evalúes por esto tu oración. Lo importante es que se produzca el encuentro, que tu actitud sea de atención amorosa y escucha. Recoge las luces que hayas recibido, agradece la presencia del Señor y su amor, la sientas o no. La oración es cuestión de fe, de tiempo, de constancia... y de compromiso. Deja que el Espíritu te guíe, te lance a la misión. Deja que Cristo viva en ti y sé humilde, misericordioso como él. Deja que Dios Padre te abrace, siente la inmensidad de su amor. Y siéntete acompañado por María nuestra Madre, su ternura, su dulzura, su cariño, su cercanía.
Mira hacia fuera ¿acaso no empiezas a verlo todo de otra manera? Los demás, la vida de cada día, lo que sucede en el mundo tiene ya otros colores, colores de esperanza y de amor. Y es que cuando la Santísima Trinidad te habita y María te acompaña por que la has aceptado como Madre, todo lo ves distinto, llegas a tener la mirada de Cristo para ver este mundo desde su mirada, entonces todo tiene belleza, la creación, la Iglesia, tus hermanos, la gente, incluso los que son maldecidos o excluidos por los demás, en ellos ves la huella de Dios. Santa Teresa, Maestra de Oración, ayúdanos para hacer de nuestra Iglesia Diocesana una Iglesia orante, que cada comunidad sea orante, que se multipliquen los grupos de oración, los oratorios infantiles, los lugares de Adoración Perpetua, sea la Eucaristía el sol de Cristo que ilumine toda nuestra Iglesia, a nuestro Obispo, a todos los sacerdotes, religiosos y religiosas, y a todo el pueblo de Dios. Santa Teresa ora a Dios por nosotros, ahora y por siempre. Amén.
Seguidamente, después de un breve descanso, tuvimos una oración comunitaria con textos de Santa Teresa desarrollando las cuatro formas de regar el huerto del alma. A la que asistió el Vicario General, D. Fernando Campos. Terminó la mañana con la bendición del Santísimo.
Continuó la jornada con un almuerzo fraterno y seguidamente con un montaje de naturaleza que inspiraba para una oración creativa antes de la celebración de La Eucaristía que fue presidida por D. Rafael nuestro Obispo, al final de esta invitó a todos los asistentes a participar de la Escuela de Evangelizadores en el dinamismo de la Nueva Evangelización que se está llevando a cabo en nuestra Diócesis.
Doy gracias a Dios por todos los que habéis asistido y participado. Verdaderamente ha sido un día de experiencia de Dios y de una preciosa experiencia de comunión eclesial.
Lázaro Albar.



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