Orar con el corazón abierto, Manantial, Málaga 1996.
La meta del hombre es ser feliz. En su incansable búsqueda sólo una puerta nos abre la auténtica plenitud: el corazón. Orar con el corazón abierto nos acerca a descubrir nuevos mundos y a llevar a la vida la alegría de Dios. Cada oración, meditación y contemplación quiere llevarte al encuentro contigo mismo, con los hermanos y sobre todo con Dios. Así podrás sumergirte en la experiencia de Dios, acercarte a contemplar su infinito amor.
La meta del hombre es ser feliz. En su incansable búsqueda sólo una puerta nos abre la auténtica plenitud: el corazón. Orar con el corazón abierto nos acerca a descubrir nuevos mundos y a llevar a la vida la alegría de Dios. Cada oración, meditación y contemplación quiere llevarte al encuentro contigo mismo, con los hermanos y sobre todo con Dios. Así podrás sumergirte en la experiencia de Dios, acercarte a contemplar su infinito amor.
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