QUIERO SER
COMO UN ALMENDRO EN FLOR
COMO UN ALMENDRO EN FLOR
El almendro está en flor, como adelantando la primavera,
árbol que despierta el primero para mostrar su belleza...
antes de que la tierra se revista de flores de mil colores,
¡oh, dichosa primavera!
Ya en enero nace la flor del almendro,
blanca o rosada, como un despertar a la vida,
el cristiano también necesita despertar espiritualmente
para que sea el Espíritu quien lleve su vida,
flor blanca de resurrección y pureza,
flor rosada cuyos pétalos hacen una alfombra
para que pase el Santísimo, el Cuerpo de Cristo resucitado.
El almendro anuncia que Cristo siempre va por delante,
Dios Padre lo ha resucitado en su inmenso amor
y ha llegado la alegría porque Cristo ha sido glorificado.
Su flor blanca floreciendo encierra un símbolo,
anuncia las primeras canas de la vejez
que es sabiduría de la madurez humana,
en los discípulos de Jesús
sabiduría divina o conocimiento interno del misterio,
¡Señor, quiero ser tu discípulo!
Dios encargó a Moisés que hiciera el candelabro de los siete brazos
con las formas de las ramas del almendro en flor,
así anunciaba la plenitud del despertar espiritual,
¡despiértame, Cristo Jesús!
Quiero despertar, mi Señor, resucitando contigo,
haciendo vida y transmitiendo el Evangelio,
buena noticia de Dios para la humanidad.
Paseando me encontré con el almendro en flor
y le dije «háblame de Dios»,
y me respondió «¡Cristo ha resucitado,
él es mi alegría, resucita con él!». Amén.
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
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