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lunes, 7 de septiembre de 2009

ORACION-MEDITACION: "Yo oigo"

1. Desde una postura de oración, intento prepararme mentalmente y con todo mi cuerpo para hacer un rato de meditación. En silencio, aflojo mis tensiones... cara, cuello, espalda, hombros caídos, brazos... Dejo todo suelto, sin apretar.

2. Aflojo las tensiones de mi mente: intento ir soltando, como quien suelta el lastre que le pesa para subir, todos mis temores, preocupaciones, miedos, inquietudes... Empiezo a experimentar una gran paz. Tengo todo mi yo sin tensiones y en silencio. Me abandono a mi respiración... sigo su ritmo. Siento su paz.

3. Desde mi silencio y mi paz, me siento en la presencia de Dios e intento vivir y sentirme oído: la posibilidad que tengo de oír.

4. Con mi oído, puedo escuchar los ruidos. Puedo escuchar la voz de las personas, saber quién me llama y para qué me llama. Puedo escuchar los ruidos de la naturaleza: la lluvia cuando cae, la tormenta... y puedo escuchar el mismo silencio. Siento dentro de mí que el oído me ayuda a no sentirme solo en mi vida... a no sentirme aislado... me comunico con todo lo que me rodea... me hace participar de la vida misma. Sé que es muy distinto oír que escuchar. Sé que el oír es una postura cómoda... no me compromete. Puedo desconectar cuando me canso. Es un oír indiferente.

5. ¿De qué forma escucho? ¿Es un escuchar con el corazón? ¿Me abro a la soledad de las personas diciendo con mi actitud: mi tiempo es para ti? ¿Me olvido de todo... ahora sólo cuentas tú? ¿Escucho la voz del Señor cuando me habla o desconecto? Me identifico con el sordomudo del evangelio de hoy y desde el fondo de mi corazón te digo, Señor: Aquí estoy, ya me ves como soy, lo que me cuesta escucharte y escuchar a los demás... no quiero seguir siendo así; dame un oído sensible... dame fuerza para cambiar. Me abro a Dios, a su fuerza transformadora... le dejo que actúe en mí.
Oración Comunitaria Parroquia de La Inmaculada - Campamento- Cádiz (España)

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