Todo mi ser está a la espera...
Expectante.
Aguardando a descubrir
el misterio de tu voluntad sobre mí.
Aquello para lo que he nacido,
aquello para lo que me has creado,
aquello en lo que verdaderamente podré ser feliz,
y hacer felices a mis hermanos.
Tú me conoces mejor que nadie,
sabes cuáles son mis capacidades,
mis posibilidades, mis aspiraciones,
mis limitaciones y dificultades.
Sólo busco encontrar el lugar,
el sitio en la vida,
donde poder desarrollar aquello que has puesto en mí,
aquello que me hará ser plenamente feliz.
Y mientras aguardo y espero,
quiero ofrecerte lo único que tengo:
mi tiempo.
El tiempo que tú me regalas,
la vida que me concedes.
Quiero hacer de cada jornada,
de cada hora, de cada instante:
un lugar de encuentro,
una ocasión para tenerte siempre presente.
Nada importa,
pase lo que pase,
si Tú estás siempre conmigo,
y yo estoy contigo.
Vivo por ti y para ti.
Quiero vivir siempre en ti,
sin tener nunca ningún tiempo perdido.
Porque estando contigo,
todo es ganado, nada perdido.
Y mientras...
Todo mi ser sigue a la espera...
Expectante.
Aguardando a descubrir
el misterio de tu voluntad sobre mí.
(Cf. José Real Navarro, Palabras desde el corazón, p 28-29)
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