Hijo mío que estás en la tierra,
y te sientes preocupado, solitario y tentado,
yo conozco perfectamente tu nombre,
y lo pronuncio como santificándolo,porque te amo.
No, no estás solo, sino habitado por Mí,
y juntos contruímos este reino
del que tú vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad
porque mi voluntad es que tú seas feliz
ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.
Cuenta siempre conmigo y tendrás el pan para hoy
no te preocupes, sólo te pido que sepas
compartirlo con tus hermanos.
Sabes que perdono todas tus ofensas
antes incluso de que las cometas,
por eso te pido que hagas lo mismo
con los que a tí te ofenden.
Para que nunca caigas en tentación
tómate fuerte de mi mano
y yo te libraré del mal,bello y querido hijo mío.
Agradecemos esta aportación a Graciela Favale
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