QUIERO SER COMO EL MAR
Como el mar, en oleadas que van y vienen,
así quiere ser mi amor,
el amor de Dios en mí hacia los demás....
Como el mar,
que es inmensidad, grandeza, magnanimidad,
así quiere ser mi misericordia con todos,
sin medida, un baño de vida y esperanza.
Como el mar,
que puedes penetrarlo hasta las profundidades,
los más recónditos recovecos de un nuevo mundo,
así quiero entrar dentro de mí
hacia los espacios más interiores,
hasta descubrir lo más hondo de mí mismo
y tocar el misterio de la oración.
Como el mar,
en sus paisajes de mil colores,
con sus rocas, algas marinas,
cetáceos y peces que pululan por las aguas,
con sus tesoros escondidos, así es mi interior,
un universo por descubrir con el tesoro de mi Dios,
donde mana la vida, la esperanza, la fe y la caridad.
Como el mar azul,
reflejo del cielo, brillante, luminoso,
así quiere ser mi ser, reflejo del cielo,
y luz de mi Dios en mi corazón.
Como el mar,
que me llama a remar mar adentro,
donde hay más profundidad, más horizontes,
y lejanía de mi propia orilla
para encontrar la orilla de Dios.
Quiero ser como el mar
y encontrarme cada día con Dios y mis hermanos,
para amar y no dejar de amar. Amén.
Como el mar, en oleadas que van y vienen,
así quiere ser mi amor,
el amor de Dios en mí hacia los demás....
Como el mar,
que es inmensidad, grandeza, magnanimidad,
así quiere ser mi misericordia con todos,
sin medida, un baño de vida y esperanza.
Como el mar,
que puedes penetrarlo hasta las profundidades,
los más recónditos recovecos de un nuevo mundo,
así quiero entrar dentro de mí
hacia los espacios más interiores,
hasta descubrir lo más hondo de mí mismo
y tocar el misterio de la oración.
Como el mar,
en sus paisajes de mil colores,
con sus rocas, algas marinas,
cetáceos y peces que pululan por las aguas,
con sus tesoros escondidos, así es mi interior,
un universo por descubrir con el tesoro de mi Dios,
donde mana la vida, la esperanza, la fe y la caridad.
Como el mar azul,
reflejo del cielo, brillante, luminoso,
así quiere ser mi ser, reflejo del cielo,
y luz de mi Dios en mi corazón.
Como el mar,
que me llama a remar mar adentro,
donde hay más profundidad, más horizontes,
y lejanía de mi propia orilla
para encontrar la orilla de Dios.
Quiero ser como el mar
y encontrarme cada día con Dios y mis hermanos,
para amar y no dejar de amar. Amén.
(Pbro. Lázaro Albar)
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