QUIERO SER
COMO LA LLUVIA
Como la lluvia
que empapa la tierra a fin de hacerla fecundar, ...
así quiere ser mi palabra,
voz que siembra la semilla del Evangelio
para hacerla fecundar en frutos de amor.
COMO LA LLUVIA
Como la lluvia
que empapa la tierra a fin de hacerla fecundar, ...
así quiere ser mi palabra,
voz que siembra la semilla del Evangelio
para hacerla fecundar en frutos de amor.
Como la lluvia incesante
que forma ríos de agua,
así quiere ser mi vida en relación con Cristo,
oración incesante que crea en mí ríos de agua viva
a fin de dar de beber a los sedientos.
Como la lluvia suave,
como un chiriviri que deja empapada la ropa
sin apenas darse cuenta, así es mi vida,
un constante Evangelio vivo que cala en las personas
sin apenas darse cuenta,
pero que quedan enamoradas del Señor.
Como la lluvia
unas veces más fuerte, otras veces más débil,
así me encuentro en el día a día,
pero sabiendo que la fuerza de Dios
se manifiesta en mi debilidad.
Como la lluvia
que deja todo más limpio,
así quiere ser limpiado mi corazón
para vivir en la sinceridad, la verdad,
y ser bienaventurado para ver a Dios.
Como la lluvia
que me gusta contemplar desde la ventana,
así me gusta contemplar la música callada de Dios,
la soledad sonora en intimidad con Cristo,
la belleza del rostro de Dios en mi corazón. Amén.
(Pbro. Lázaro Albar)
que forma ríos de agua,
así quiere ser mi vida en relación con Cristo,
oración incesante que crea en mí ríos de agua viva
a fin de dar de beber a los sedientos.
Como la lluvia suave,
como un chiriviri que deja empapada la ropa
sin apenas darse cuenta, así es mi vida,
un constante Evangelio vivo que cala en las personas
sin apenas darse cuenta,
pero que quedan enamoradas del Señor.
Como la lluvia
unas veces más fuerte, otras veces más débil,
así me encuentro en el día a día,
pero sabiendo que la fuerza de Dios
se manifiesta en mi debilidad.
Como la lluvia
que deja todo más limpio,
así quiere ser limpiado mi corazón
para vivir en la sinceridad, la verdad,
y ser bienaventurado para ver a Dios.
Como la lluvia
que me gusta contemplar desde la ventana,
así me gusta contemplar la música callada de Dios,
la soledad sonora en intimidad con Cristo,
la belleza del rostro de Dios en mi corazón. Amén.
(Pbro. Lázaro Albar)
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