QUIERO SER
COMO UN ALTO CIPRÉS
El ciprés apunta hacia el cielo,
colocado en los cementerios ...
señala que al final de la vida anhelo el cielo,
aspirar a lo más alto, a participar de la gloria del Señor Resucitado.
El ciprés es el árbol de la espiritualidad,
su color verde nos habla de la acción del Espíritu Santo
que nos hace crecer más y más en espiritualidad,
sus raíces profundas son mi vida de oración,
el tronco que sostiene las ramas es Cristo
en su verticalidad de amor al Padre del que nunca se separa.
Quiero ser como un alto ciprés
que aspire a los bienes de allá arriba
donde Cristo está sentado a la derecha del Padre,
son los bienes de la eternidad,
la vida eterna, la paz eterna, el amor eterno.
Quiero ser como un alto ciprés
que crece espiritualmente más y más
en un amor hacia Dios y un amor hacia los hermanos
y hacia este mundo que necesita ser salvado por amor.
Quiero ser como un alto ciprés
que recuerda que todos los que anhelan
alcanzar el corazón de Dios necesitan de la oración,
ser un poco monjes en la vida,
con espacios de recogimiento,
silencio y contemplación
para ver a Dios en todo y en todos.
Quiero ser como un alto ciprés
que entrando por el camino de la humildad busca la santidad, entrando por el camino de la oración busca
la contemplación y la adoración para alabar y servir a Dios,
ahora y siempre, así lo quiero mi Señor. Amén.
COMO UN ALTO CIPRÉS
El ciprés apunta hacia el cielo,
colocado en los cementerios ...
señala que al final de la vida anhelo el cielo,
aspirar a lo más alto, a participar de la gloria del Señor Resucitado.
El ciprés es el árbol de la espiritualidad,
su color verde nos habla de la acción del Espíritu Santo
que nos hace crecer más y más en espiritualidad,
sus raíces profundas son mi vida de oración,
el tronco que sostiene las ramas es Cristo
en su verticalidad de amor al Padre del que nunca se separa.
Quiero ser como un alto ciprés
que aspire a los bienes de allá arriba
donde Cristo está sentado a la derecha del Padre,
son los bienes de la eternidad,
la vida eterna, la paz eterna, el amor eterno.
Quiero ser como un alto ciprés
que crece espiritualmente más y más
en un amor hacia Dios y un amor hacia los hermanos
y hacia este mundo que necesita ser salvado por amor.
Quiero ser como un alto ciprés
que recuerda que todos los que anhelan
alcanzar el corazón de Dios necesitan de la oración,
ser un poco monjes en la vida,
con espacios de recogimiento,
silencio y contemplación
para ver a Dios en todo y en todos.
Quiero ser como un alto ciprés
que entrando por el camino de la humildad busca la santidad, entrando por el camino de la oración busca
la contemplación y la adoración para alabar y servir a Dios,
ahora y siempre, así lo quiero mi Señor. Amén.
(Pbro. Lázaro Albar)
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