SÉ QUE ESTÁIS AHÍ,
SANTÍSIMA TRINIDAD Y MADRE DEL CIELO
Sé que estás ahí, quiero verte y tocarte,
quiero abrazarte y besar tus pies llagados por tanto amor, ...
Cristo muerto y resucitado,
que llenas de tu amor y tu paz
este lugar en medio del silencio de esta noche.
Sé que estás ahí, siempre estás, siempre me acompañas,
a veces te dejas sentir como brisa suave y otras veces como viento impetuoso, Espíritu Santo que habitas en mi corazón, en mi templo interior,
mi noche se llena de tu luz, quiero ver tu resplandor.
Sé que estás ahí, porque escucho tu Palabra, la guardo y la cumplo,
cada día recuerdo esa foto en la que volví a tu casa,
tú me esperabas, corrí hacia Ti y Tú hacia mí, caí a tus pies,
me levanté, te abracé y Tú me colmabas de besos, qué bella experiencia
que se renueva cada vez que las puertas de la Misericordia
se abren en el Sacramento del Perdón,
siempre estás ahí esperándome, amándome, Padre Santo.
Sé que estás ahí, Santísima Trinidad, dentro y fuera de mí,
quiero vivir en Ti y Tú vives en mí,
misterio de amor inabarcable, insondable, inefable,
Amor, fuente de todo amor,
¿quién soy yo para que me habites si no puedo dejar de amarte?
Ay, Madre mía, que también sé que estás en todo momento,
cuando te necesito y cuando sin necesitarte
escucho tus pasos junto a mí cuando camino,
escucho tu respiración cuando me siento,
escucho tu voz que me consuela y alegra mi corazón,
qué suerte conocerte y amarte,
qué suerte que me quieras y me sientas como hijo,
qué suerte que en la cruz mi Señor te entregó como Madre.
Sé que estáis ahí, Santísima Trinidad y Madre del cielo,
tan solo puedo amar y caer de rodillas y amar,
estáis ahí en medio de la noche
llenado el lugar donde descanso y oro,
sé que estáis ahí.
SANTÍSIMA TRINIDAD Y MADRE DEL CIELO
Sé que estás ahí, quiero verte y tocarte,
quiero abrazarte y besar tus pies llagados por tanto amor, ...
Cristo muerto y resucitado,
que llenas de tu amor y tu paz
este lugar en medio del silencio de esta noche.
Sé que estás ahí, siempre estás, siempre me acompañas,
a veces te dejas sentir como brisa suave y otras veces como viento impetuoso, Espíritu Santo que habitas en mi corazón, en mi templo interior,
mi noche se llena de tu luz, quiero ver tu resplandor.
Sé que estás ahí, porque escucho tu Palabra, la guardo y la cumplo,
cada día recuerdo esa foto en la que volví a tu casa,
tú me esperabas, corrí hacia Ti y Tú hacia mí, caí a tus pies,
me levanté, te abracé y Tú me colmabas de besos, qué bella experiencia
que se renueva cada vez que las puertas de la Misericordia
se abren en el Sacramento del Perdón,
siempre estás ahí esperándome, amándome, Padre Santo.
Sé que estás ahí, Santísima Trinidad, dentro y fuera de mí,
quiero vivir en Ti y Tú vives en mí,
misterio de amor inabarcable, insondable, inefable,
Amor, fuente de todo amor,
¿quién soy yo para que me habites si no puedo dejar de amarte?
Ay, Madre mía, que también sé que estás en todo momento,
cuando te necesito y cuando sin necesitarte
escucho tus pasos junto a mí cuando camino,
escucho tu respiración cuando me siento,
escucho tu voz que me consuela y alegra mi corazón,
qué suerte conocerte y amarte,
qué suerte que me quieras y me sientas como hijo,
qué suerte que en la cruz mi Señor te entregó como Madre.
Sé que estáis ahí, Santísima Trinidad y Madre del cielo,
tan solo puedo amar y caer de rodillas y amar,
estáis ahí en medio de la noche
llenado el lugar donde descanso y oro,
sé que estáis ahí.
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
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