ORACIÓN-MEDITACIÓN: CONTEMPLA A JESÚS QUE TE ESTÁ MIRANDO
1. Intento serenarme, olvidarme de las prisas de este día. Para empezar, me coloco en una postura que me ayude a estar un rato en quietud; que me ayude a no moverme.
2. Voy sintiendo silencio... voy sintiendo paz y quietud, la respiración me ayuda. Y desde esta paz, abro la ventana de mi corazón y me introduzco en el interior de mí mismo. Quiero estar un rato en oración: en diálogo conmigo mismo y con Dios, que está dentro de mí.
3. Hoy vamos a realizar un ejercicio que pretende que experimentes por ti mismo el amor que Cristo te tiene. Ejercicio favorito de Teresa de Ávila. Es uno de los ejercicios que recomendaba a toda la gente. Imagina que ves a Jesús situado delante de ti. Está mirándote... observa cómo te mira...
4. ¡Eso es todo! Teresa lo expresa con una breve fórmula: Mira que te mira. Sin embargo añade dos adverbios muy importantes: Mira que te mira, amorosa y humildemente. Pon cuidado especial en sentir ambas actitudes cuando Cristo te mira; mira que te mira con amor; mira que te mira con humildad. A muchas personas nos resulta dura imaginar que Jesús nos mira amorosamente. Imaginamos a Jesús adusto y exigente, pensamos que nos ama si somos buenos. La segunda actitud nos resulta aún más difícil de aceptar. ¿Que Jesús nos mire humildemente...? ¡Imposible! No hemos entendido al Jesús del Nuevo Testamento. A veces olvidamos el hecho de que Jesús se convirtió en servidor nuestro, que es el único que lava los pies de los discípulos, el único que voluntariamente se entregó a la muerte por amor a nosotros.
5. Así pues, mira que te está mirando. Observa el amor en su mirada. Observa su humildad y limítate a sentirte amado.
(Cf. T. De Mello, Sadhana, p 133)
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