1. Desde una postura de oración, intento prepararme mentalmente y con todo mi cuerpo para hacer un rato de meditación. En silencio, aflojo mis tensiones... cara, cuello, espalda, hombros caídos, brazos... Dejo todo suelto, sin apretar.
2. Aflojo las tensiones de mi mente: intento ir soltando, como quien suelta el lastre que le pesa para subir, todos mis temores, preocupaciones, miedos, inquietudes... Empiezo a experimentar una gran paz. Tengo todo mi yo sin tensiones y en silencio. Me abandono a mi respiración... sigo su ritmo. Siento su paz.
3. Desde mi silencio y mi paz, me siento en la presencia de Dios y entro en diálogo conmigo mismo y con Dios que está dentro de mí. Hoy, Señor, me gustaría hablar sobre la actitud de confianza, de abandono en ti.
4. Confianza es descansar en el otro. Confianza es sentir que no estás solo. Confianza es saber que puedes contar con ese otro para lo que necesites. Confianza es ir por la vida sintiéndote acompañado. La confianza surge cuando se experimenta que alguien te echa una mano... que te consuela, que te anima a seguir viviendo.
5. Oh, Señor, ayúdame a vivir la actitud de confianza en Ti, y mi vida cambiará... que me abra a Ti y que pueda experimentar que tú estás a mi lado... animándome a vivir la vida, alegre y en paz, a pesar de los problemas... que descanse en Ti, Señor. Necesito sentirte como el amigo fiel que nunca falla. Necesito sentir que cuando yo no pueda Tú lo harás por mí. Y que me darás el ánimo y la fuerza que necesito. Ayúdame a confiar en Ti... a descansar en Ti... que en mis horas tristes, en mis horas negras, en mis horas de esfuerzo y de trabajo... en mis horas de soledad y de problemas, en esas horas que a veces nos parece que no terminan nunca... que me apoye en Ti... que confíe en Ti.
6. Me quedo quieto y me abro todo yo a esta presencia amorosa que me da confianza.
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