Al llegar la noche, cuando toda la creación descansa,
cuando las aves han regresado a su nido, ...
los animales a sus guaridas y las personas descansan en su lecho,
ahí sigues tú, Cristo, Presencia Eucarística,
con tus adoradores en contemplación y silencio,
aquí estoy junto a Ti,
siempre junto a Ti, en adoración.
cuando las aves han regresado a su nido, ...
los animales a sus guaridas y las personas descansan en su lecho,
ahí sigues tú, Cristo, Presencia Eucarística,
con tus adoradores en contemplación y silencio,
aquí estoy junto a Ti,
siempre junto a Ti, en adoración.
Sigue ardiendo la llama de tu amor
y nuestros corazones quieren también arder contigo,
en comunión, en fiesta de júbilo y danza mística,
de rodillas o postrados ante Ti,
Sol resplandeciente de la noche,
caigo enamorado de amor,
muriendo de amor, contigo,
siempre junto a Ti, en adoración.
y nuestros corazones quieren también arder contigo,
en comunión, en fiesta de júbilo y danza mística,
de rodillas o postrados ante Ti,
Sol resplandeciente de la noche,
caigo enamorado de amor,
muriendo de amor, contigo,
siempre junto a Ti, en adoración.
¡Cuánto dolor y sufrimiento en el mundo y en nuestro mundo!
¡Cuánta angustia a veces desesperanzada!
¡Cuántas tragedias y cuántos fracasos!
¡Cuántas ilusiones perdidas!
Y Tú, coronado de espinas y flagelado, amando,
con tu amor de todo amor sanando y curando
a quién te contempla y te adora,
por eso estoy aquí, junto a Ti, contigo,
siempre junto a Ti, en adoración.
¡Cuántas tragedias y cuántos fracasos!
¡Cuántas ilusiones perdidas!
Y Tú, coronado de espinas y flagelado, amando,
con tu amor de todo amor sanando y curando
a quién te contempla y te adora,
por eso estoy aquí, junto a Ti, contigo,
siempre junto a Ti, en adoración.
Así eres Tú, en medio de la noche,
como el ciprés que apunta al cielo,
Tú nos apuntas hacia la eternidad, la gloriosa felicidad junto a Ti,
recuperando el Paraíso perdido, el Jardín del Edén,
siento tu presencia como la brisa de la tarde o el frescor de la noche,
como el ciprés que apunta al cielo,
Tú nos apuntas hacia la eternidad, la gloriosa felicidad junto a Ti,
recuperando el Paraíso perdido, el Jardín del Edén,
siento tu presencia como la brisa de la tarde o el frescor de la noche,
y aquí estoy, junto a Ti, siempre contigo,
siempre junto a Ti, en adoración.
siempre junto a Ti, en adoración.
No me dejes, mi Señor, quiero estar siempre contigo,
atráeme hacia Ti, siempre junto a Ti,
que muero de amor, en adoración. Amén.
atráeme hacia Ti, siempre junto a Ti,
que muero de amor, en adoración. Amén.
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
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