CRISTO DE MI ALMA,
VIVO Y MUERO EN TI
La verdes praderas son los paisajes de Dios,
a veces nos lleva al desierto para purificarnos
o nos carga con un pesada cruz para subir al Calvario,
¡qué importa si vivimos con Cristo y morimos con Cristo!
Sí, mi Cristo, a veces roto en el corazón de mis hermanos,
a veces me miras para decirme
«vende todo lo que tienes y vente conmigo»,
a veces solo sé caer en adoración
ante tu tierno Pan Eucarístico,
y estar contigo horas y horas en silencio de amor,
con el corazón encendido,
vivo y muero en ti.
¡Qué importa todo, si lo importante es estar contigo!
A veces no sé caminar por la oscuridad,
pero tú apareces para llevarme de tu mano,
y qué fuerza interior encuentro,
soy fuerte en mi debilidad,
muero a mí para vivir en ti.
El amor es el secreto de nuestro encuentro,
el amor es el secreto de la vida,
pero el secreto escondido es que tú vives en mí,
¡oh maravilloso secreto, exaltación de la gloria divina,
Dios y hombre en mí!
Y así voy de un lugar a otro,
la vida llena de sorpresas,
pero todo es para madurar en santidad
y la santidad es no poner obstáculo a que tú vivas en mí,
si tú no vives en mí muero,
si tú estás en mí toco el cielo, veo las estrellas,
y el Sol de todo el cosmos y el universo
eres tú resucitado, vivo, viviente,
derramando gracias, misericordia y amor infinito.
¡Ay, Cristo de mi alma, no sé vivir sin ti,
secreto escondido de amor,
¿cuándo te conocerá esta incomprendida humanidad?,
¿cuándo te abrirá el corazón para irradiar la alegría de tu paz?
¡Sí, mi Cristo, tú eres el todo de mi amor!
En ese todo abrazo al mundo y cada ser humano,
a los íntimos y a los lejanos,
como discípulo tuyo en la escuela de tu amor,
¡Cristo de mi alma, muero y vivo en ti! Amén.
( Pbro Lázaro Albar Marín)
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