¡VEN, ESPIRITU DE AMOR!
Que se abran los cielos
y se derrame el Espíritu
con toda su fuerza
en los corazones que están abiertos.
Y allí en lo profundo del ser,
prenda el fuego de su amor,
un amor que arda sin cesar,
un amor que lo da todo,
un amor sin fronteras, sin medidas.
Amor divino
que acampa en la tierra
y hace a los hombres divinos,
a los humildes, santos,
a los pobres, bienaventurados.
¡Ven, Espíritu de amor!
Ven a mí,
en el silencio de la noche,
y en la luz de cada mañana,
ahora y siempre,
para despertar mi conciencia,
para lanzarme a la misión.
Y así llegue a tu amor
a cada rincón de la tierra,
a cada casa y cada hogar,
a quien más lo necesite
para dar gloria a Dios. Amén.
Que se abran los cielos
y se derrame el Espíritu
con toda su fuerza
en los corazones que están abiertos.
Y allí en lo profundo del ser,
prenda el fuego de su amor,
un amor que arda sin cesar,
un amor que lo da todo,
un amor sin fronteras, sin medidas.
Amor divino
que acampa en la tierra
y hace a los hombres divinos,
a los humildes, santos,
a los pobres, bienaventurados.
¡Ven, Espíritu de amor!
Ven a mí,
en el silencio de la noche,
y en la luz de cada mañana,
ahora y siempre,
para despertar mi conciencia,
para lanzarme a la misión.
Y así llegue a tu amor
a cada rincón de la tierra,
a cada casa y cada hogar,
a quien más lo necesite
para dar gloria a Dios. Amén.
(Lázaro Albar Marin )
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