En este fin de semana la Fraternidad Velad y Orad ha impartido el retiro Beber del Agua de la Vida. La mujer samaritana que se encontró con Jesús. Diecinueve personas hemos escuchado el sonido constante del agua que rebosaba del cubo del pozo de Jacob. La contemplación de aquella escena tan entrañable entre Jesús y la samaritana y la adoración permanente del Santísimoyy ha envuelto todo el fin de semana de un halo de misterio que nos ha transportado a contemplar nuestra vida a la luz del don del Espíritu. Todavía resuenan las palabras del Maestro «Si conocieras el don de Dios» y es verdad que el don del Espíritu ha sido derramado. Renovábamos nuestro bautismo con el deseo de llevar a cabo la misión que el Señor nos ha encomendado y en medio de la noche éramos bendecidos por el Santísimo para coger fuerzas para la misión. El agua de la vida que dio Jesús a la samaritana; el discernimiento espiritual; El sentido misionero de la vida cristiana; La vida eterna, han sido las meditaciones impartidas para luego ser reflexionadas en la intimidad con Cristo. Todo el capítulo cuarto del evangelista Juan ha sido contemplado extrayendo de él el jugo del mensaje de Jesús. Siempre hay más, la fuente es inagotable, el agua del Espíritu se derrama a quienes le abren su corazón.
Entre los testimonios destaco: Para mí ha sido una curación total, una sanación, un derramamiento de misericordia y perdón, darme fuerzas y ganas para seguir avanzando en mi vida; Doy gracias a Dios por haber compartido este retiro, el Señor ha derramado mucha gracia y una de ellas el de la Adoración, ofrecer el sacrificio de la vida al Sacrificio de Cristo. Le he pedido ser reflejo de Él; He experimentado una presencia del Señor muy especial, Él me ha pedido mucha oración para compartir la experiencia de su amor sirviendo a los enfermos; Este retiro ha sido providencial, estaba desanimada ante lo que tenía que hacer, pero ahora he recibido fuerza y confianza; Qué bien se está aquí, se cogen fuerzas para salir a evangelizar, para servir a los presos hablándoles de Jesús. Para mí es importante acercarme a los alejados, vencer miedos y prejuicios. El tema no es fácil. Comulgar a Cristo en la Eucaristía para ir a las periferias aunque se rían de mí. Mi mayor deseo que he pedido al Padre: «cristifícame, y no sólo en el Tabor sino también en el Calvario»; Mi gran miedo es volver a perder al Señor pues estuve mucho tiempo alejada. Lo siento presente en la Sagrada Forma, en la Palabra, pero también en todos vosotros. Él me ha hecho comprender que quiere saciar la sed de todos; Comparo la vida espiritual como subir una escalera, estoy empezando a subirla, con Jesús cada día podré avanzar. Soy pobre pero Dios llena mi corazón. Perdono pero tengo que aprender a perdonar, me falta amor y misericordia. Aquí se disfruta de Dios y de los hermanos; El retiro se me ha hecho cortísimo. Me voy mejor, pero con la preocupación de mi parroquia que la veo muerta. Lo dejo en las manos de Dios pero no sé qué hacer; He vivido muy intensamente este retiro. Venía seca y he saciado mi sed. Estoy volviendo a la vida, con esto iré hacia adelante; Me voy llena de paz, me ha encantado la meditación del discernimiento y del sentido misionero de la vida cristiana, nos llevamos un buen material para seguir orándolo y hacerlo vida; Compartimos en esta Eucaristía la alegría de las bodas de oro de nuestro matrimonio. Desde novios Cristo ha estado en nuestra vida, damos gracias a Dios permanentemente por ello.
Ha sido una muestra de generosida la colecta de la Eucaristía del domingo, se han recogido 900 € para el proyecto de ayuda a niños desnutridos recién nacidos de la Misión de las Hijas de la Caridad de Alcázarquivir (Marruecos). Con ello se cubren los gastos para tres niños durante 18 meses.
No hay nada más gratificante y revulsivo que dedicar unos días a la soledad, el silencio y la oración, para coger nuevas fuerzas, reajustar nuestra vida y reemprender el camino de nuestra entrega al Señor. Te espero para el próximo que será sobre las Bienaventuranzas.
Lázaro Albar
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