RESEÑA RETIRO MOGARIZAS
Este pasado fin de semana, 12 a 14 de febrero, en medio de los Carnavales, dieciocho personas se retiraron en la Casa de Espiritualidad de Santa María de la Mogarizas (Chiclana) para meditar, orar y contemplar el relato del ciego de nacimiento del Evangelista San Juan con el título De la ceguera espiritual a la luz a de la vida. El retiro impartido por el P. Lázaro Albar y la «Fraternidad Velad y Orad» ha sido una fuerte experiencia de Dios.
El juego de meditaciones y contemplaciones, con la permanente Adoración Eucarística, han fortalecido la fe en el Dios Padre misericordioso que nos ha revelado su Hijo Jesucristo para impulsarnos al ejercicio de la misericordia con todos. Verdaderamente nos hemos llenado de luz, si Cristo curó la ceguera del ciego de nacimiento este fin de semana él nos ha curado y llenado de paz, alegría y amor.
Es precioso ver el desbloqueo de personas que han caminado durante largo tiempo con una sombra que que pesaba sobre sus vidas y en tres días se han sentido liberadas, esperanzadas y con fuerzas para seguir la lucha. Es precioso ver cómo con Jesús la cruz es más llevadera porque cuando se pone a Cristo en el centro de la vida y se le lleva en el corazón los problemas se colocan en segundo lugar y él viene a iluminarnos, y a crear la armonía y el equilibrio, donde la vida es ordenada.
Es precioso escuchar «nunca he tenido una experiencia igual, no podría ni imaginar que pudiera experimentar tan cerca y de forma tan profunda de presencia de Cristo tocando su misterio». Es precioso ver cómo otro descubre sus cegueras y la necesidad que tiene de agarrarse fuertemente a Jesús. Y también es precioso ver cómo Dios actúa, va modelando los corazones y nos llama a una profunda conversión que nos hace salir de nosotros mismos para ir a los demás como «misioneros de la misericordia».
Las meditaciones impartidas ha sido: Entre la luz y las tinieblas; El mundo de nuestras cegueras; La noche oscura del alma; La vida a la luz de Jesús, el Señor. Y las contemplaciones: Jesús, luz del mundo y nueva creación; La duda ante el milagro y el Señor del sábado; La incredulidad de los hombres ante el milagro; Corazones endurecidos para creer; La fe en el Hijo del hombre y la ceguera de los que no tienen fe. Las Eucaristías, el rezo de la Liturgia de las Horas, la oración comunitaria del sábado por la noche a modo de Vigilia de la Luz y él Vía Crucis de la Misericordia, junto con las confesiones, han hecho posible el milagro de vivir una intimidad con Cristo, con la Virgen María, nuestra Madre, y con la Santísima Trinidad y de removernos nuestro interior para quedar más ungidos y entregados para hacer presente el Reino de Dios.
Una vez más tengo que dar unas inmensas gracias porque Dios es siempre más grande de lo que podamos imaginar, porque su Espíritu se ha derramado de formar prodigiosa y porque la experiencia de fraternidad y comunión nos hace sentir la riqueza de la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo y como Misterio de Comunión para la misión. ¡Demos gracias a Dios!
P. Lázaro Albar.
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