VELAD Y ORAD
"Orad siempre, sin desfallecer" Lc 18, 1
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ORACIÓN: Quiero ser como la flor de la pasión.
QUIERO SER
COMO LA FLOR DE LA PASIÓN
Pasión de amor, pasión de dolor, Pasión de Cristo mi pasión,
tierra de la humildad donde brota una flor ...
y esa flor es la flor de la Pasión.
Y le pregunté «¿qué puedes decirme de Dios?»,
y me habló de Cristo y su pasión, ¡cuánto amor tiene esta flor!,
porque te lleva a Cristo y a su pasión,
no hay amor más grande que murió perdonando para tu salvación.
Cuenta la leyenda que María Magdalena lloró
por la muerte de su Señor
COMO LA FLOR DE LA PASIÓN
Pasión de amor, pasión de dolor, Pasión de Cristo mi pasión,
tierra de la humildad donde brota una flor ...
y esa flor es la flor de la Pasión.
Y le pregunté «¿qué puedes decirme de Dios?»,
y me habló de Cristo y su pasión, ¡cuánto amor tiene esta flor!,
porque te lleva a Cristo y a su pasión,
no hay amor más grande que murió perdonando para tu salvación.
Cuenta la leyenda que María Magdalena lloró
por la muerte de su Señor
y que esas lágrimas al caer al suelo tomaron forma de semilla
y de ahí brotó esta flor.
Eres flor misteriosa y enigmática, de color morado o púrpura,
planta trepadora que tiende a crecer como mi vida mirando a Cristo,
Eres flor misteriosa y enigmática, de color morado o púrpura,
planta trepadora que tiende a crecer como mi vida mirando a Cristo,
¿cuándo llegaré a él, con toda mi alma y mi ser,
hasta que ya no sea yo sino él en mí, en el amor y el dolor,
dulce pasión, abrazando mi cruz y a Cristo, mi Señor.
Hojas viejas, las manos de aquellos que te persiguieron, Cristo mío,
y hoja nueva, la lanza que atravesó tu costado;
diez pétalos, son los apóstoles
sin Judas que te traicionó y sin Pedro que te negó,
pero cuántas veces yo te he traicionado o negado,
por todo ello, ¡perdóname Señor!
Y sobre los pétalos todo un círculo de filamentos de la corona,
sépalos modificados de la corola que es la corona
formada por setenta y dos espinas, como a los que él envió,
a modo de sol con rayos morados,
yo también te he clavado espinas cuando te he herido
aunque tú también me has enviado como misionero de tu amor.
Los cinco estambres, tus cinco heridas; tres estigmas florales,
los clavos que te clavaron a la cruz; el ovario y su base,
es el cáliz de tu Última Cena que nos das a beber para crecer en amor,
hasta que ya no sea yo sino él en mí, en el amor y el dolor,
dulce pasión, abrazando mi cruz y a Cristo, mi Señor.
Hojas viejas, las manos de aquellos que te persiguieron, Cristo mío,
y hoja nueva, la lanza que atravesó tu costado;
diez pétalos, son los apóstoles
sin Judas que te traicionó y sin Pedro que te negó,
pero cuántas veces yo te he traicionado o negado,
por todo ello, ¡perdóname Señor!
Y sobre los pétalos todo un círculo de filamentos de la corona,
sépalos modificados de la corola que es la corona
formada por setenta y dos espinas, como a los que él envió,
a modo de sol con rayos morados,
yo también te he clavado espinas cuando te he herido
aunque tú también me has enviado como misionero de tu amor.
Los cinco estambres, tus cinco heridas; tres estigmas florales,
los clavos que te clavaron a la cruz; el ovario y su base,
es el cáliz de tu Última Cena que nos das a beber para crecer en amor,
sacrificio de la vida, para la redención. Amén.
(Pbro. Lázaro Albar Marín)
©Producciones Pbro. Lázaro Albar (Fraternidad Velad y Orad)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial sin permiso del autor. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación y con el nombre del autor.
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